l lago de los cisnes, es una de las mas importantes obras del repertorio clásico del ballet que ha sobrevivido de manera esplendida el golpe de los siglos sin mayor perdida, pese a la infinidad de versiones que se le han aplicado desde sus inicios, hasta la versión de Mat Ek exclusivamente de cisnes varones , a finales del siglo XX.

La obra se estrena en 1877 en el Teatro Bolshoi de Moscú, con la música de Piotr Ilich Tchaikovsky, y la coreografia de un tal Reissinger en la versión inicial de cuatro actos que no logró éxito alguno, tanto como la posterior versión de 1882, tan insípida como la primera.

Fue hasta 1895, meses antes de la muerte del compositor, que el francés Marius Petipa, gran maestro de la Escuela Imperial de San Petersburgo, con su asistente Lev Ivanov, trabajaron juntos una nueva coreografía de la obra, logrando un éxito imponente.

En ello, Lev Ivanov creador casi en su totalidad del segundo acto, fue ampliamente reconocido, asi como la bailarina italiana Pierina Legnani interpretando los dos personajes; el blanco, Odette, y Odile el negro manejado por la perfidia del hechicero Rothbar, donde hasta el presente llega el eco de los 32 fouettes, ( giros sobre su propio eje, apoyada en una punta, en el mismo lugar ) proeza vacilante entre la habilidad del circo y el arte y poderío académico, de la danza clásica.

El libreto, proveniente de antiguas leyendas nórdicas, también fue trabajado por Tchaikovsky e Ivanov en una versión más reducida, según parece, y como se usa en la actualidad.

Ahora la Compañía Nacional de Danza (CND) del INBA, dirigida por la maestra Laura Morelos, retoma la acostumbrada temporada en la isleta del Lago de Chapultepec con la nueva presentación de El lago de los cisnes, del 27 de marzo al 13 de abril, los miércoles y domingos a las 20 y 20.30 horas, respectivamente, con la afortunada nueva de cambio de vestuario y escenografía , abandonando aquella versión gótica, me parece que diseñada hace mucho tiempo por el inolvidable Toño López Mancera; acontecimiento que será sin lugar a dudas, un interesante reto para las nuevas generaciones de bailarines de la CND, y de la propia Laura, lo que no será nada fácil para quienes bailen Odette-Odile; en el cambio de personalidades de una y otra que van de la más tierna timidez y encanto del cisne blanco hasta la agresiva seducción de Odile, y Rothbar por conquistar el amor del príncipe Sigfrido, y condenar a las doncellas del lago para siempre convertidas en cisnes.

Recuerdo a excelentes bailarinas mexicanas interpretando El lago, como Laura Urdapilleta, Susana Benavides, Sonia Castañeda y la incomparable chilena mexicana Lupe Serrano, a la altura de las mejores del mundo, como, históricamente Ulanova, Plisetskaya, Boronova, Fontayn, Shearer, Toumanova, etcétera, artistas de leyenda y calidad infinita, como la de las nuevas generaciones rusas de capacidad corporal nunca imaginada, y que sin duda la compañía mexicana está en el camino de lograr muy dignamente.

El lago de los cisnes no debe perdérselo. Es un espectáculo precioso, siempre es una obra maravillosa que nunca pasa de moda. Es una historia de amor, intriga y maldad, donde la versión del amor sobre el hechizo del brujo, sale triunfante a pesar de todo.

El amor sincero, así como la pasión perversa del poder y el placer del dominio en una danza encantadora con bellísima música en la interpretación de un grupo mexicano de gran calidad e inaudito esfuerzo.

Abríguese bien, lleve su paraguas, zapatos cómodos y el mejor espíritu para disfrutar de este ballet extraordinario. Consulte cartelera.