ientras la legislación avanza a paso de tortuga, los vándalos y rijosos siguen causando estragos en los estadios. Si hay un grupo de barristas que se ha distinguido por su alta propensión a la violencia es el de Chivas, que el sábado causó indignación y vergüenza en el clásico tapatío.

Apenas el mes pasado en la Cámara de Diputados avanzó el dictamen de la Comisión de Deporte y Justicia, donde se proponen hasta cuatro años y medio de cárcel a quienes cometan actos de violencia en espectáculos deportivos. También se puntualiza la prohibición de lanzar objetos que pongan en riesgo a los demás, así como la invasión a la cancha.

Pero mientras la nueva ley no entre en vigor, nadie parece contener los disturbios que en menor o mayor grado siguen brotando en diferentes plazas. Es la misma afición a la que Jorge Vergara denunció por haberle proferido amenazas de muerte en enero de 2012, y ahora, ante los hechos, aprovecha para arremeter contra ella y expulsarla del futbol.

El equipo que encabezan Vergara y Angélica Fuentes cerró las puertas a esas hordas que se escudan en el anonimato de una barra o porra para desencadenar violencia. Seguramente en esos grupos hay gente pacífica, pero como siempre pagarán justos por pecadores y no podrán entrar al estadio Omnilife para presenciar el clásico nacional: Chivas-América.

Ciertamente Vergara no ha sido el exitoso conductor del Rebaño que todos esperaban, y que tras 11 años está lejos de la promesa de dar a los aficionados otra era similar a la del Campeonísimo, sin embargo, nada justifica el desborde de la violencia.

Un tanto resignado, y luego del intento frustrado de vender el popular equipo al magnate Carlos Slim-Grupo Pachuca (que dio pie al decálogo contra la multipropiedad), Vergara confesó: Es difícil darle gusto a la afición de Chivas.

Y mientras la FMF reaccionó con una tibia crítica ante el bochornoso hecho y optó por esperar la sesión de los lunes de la Comisión Disciplinaria, las autoridades civiles procedieron a la clausura del estadio Jalisco. En tanto, la directiva del Atlas –la televisora que rompió el pacto de multipropiedad– ofreció videos para facilitar la ubicación de quienes agredieron cobardemente a uniformados.

Si algo abundó en la fecha 12 fueron los empates, con dos horribles 0-0: el América-Veracruz y el León-Cruz Azul. Monterrey consiguió el triunfo con una buena dosis de fortuna al ganar con autogol del capitán Darío Verón, quien fue luz y sombra, y así se evitó otra igualada.

Por lo pronto la plantilla de la UNAM ya perdió el tercer lugar al que aspiraba aferrarse en la recta final del torneo regular, como reveló el técnico José Luis Trejo. El mejor cierre de los Tuzos del Ojitos Meza lo ha relegado y además el equipo hidalguense está desplazando no sólo a los Pumas, sino también al Santos Laguna.

El circo del futbol mexicano sigue con el caso Querétaro. El plantel, inmerso en el infortunio y la falta de pago, se desquita en la cancha asestando un revés al poderoso Tigres de Cemex-UANL. Se esperaba que el equipo del Tuca Ferretti confirmara su reacción, pero no pudo ante el accionar pundoroso de los Gallos, que a media semana fueron eliminados de la Copa Mx.

América tampoco se salvó de la humillación. No consiguió imponerse al colista Veracruz y el técnico Turco Mohamed dijo lo que todavía no se atreve a externar Miguel Piojo Herrera: que los jugadores del equipo de Coapa, su flamante base mundialista, están en un bajo nivel individual.

Sobre aviso no hay engaño y el Chelís Sánchez Solá ya advirtió que él no puso las reglas, y si puede salvar del descenso a los Tiburones exhibiendo un juego mezquino con la única intención de no sufrir derrotas, lo hará sin rubor.

América y Chivas marchan con paso mediocre, no obstante, ambos equipos están en zona de clasificación. Las Águilas son sexto lugar y el Guadalajara ocupa la séptima plaza, con 17 puntos cada uno. Cifras que quedarán de lado la próxima semana, cuando protagonicen una nueva edición del clásico nacional.

Y para clásicos, nada como el brillante partido que brindaron Real Madrid y Barcelona. De la mano de Leo Messi y Andrés Iniesta, el Barcelona revivió en la liga española que ahora cobra brillo e interés; ya no es el juego de tenis, como lo bautizó el humor ácido de Carlos Miloc, pues una bocanada de aire fresco representa ver en la cima al Atlético de Madrid.

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