Mi ego surgió y pensé ok, tal vez sí puedo
, confiesa el actor
Lunes 24 de marzo de 2014, p. a13
Me apalearon severamente
, fue el comentario de Robert Redford, quien sabía que hacer el personaje de un marinero perdido solo en alta mar iba a ser físicamente muy duro.
Cuando J.C. Chandor le envió el guion de 31 páginas –lleno de acción potencialmente peligrosa– se reunió con el director y le dijo: Lo que está en el texto es bastante rudo y agitado
.
Chandor respondió:”No planeo que tú hagas todo eso. Tengo dobles”. Redford contestó: ”Prefiero no tener dobles si puedo evitarlo. Veamos que pasa’”.
Hablamos de Todo está perdido, cinta que se estrenó en salas comerciales el viernes pasado y que es protragonizada por Robert Redford.
La historia es sobre la aventura de sobrevivencia de un hombre en alta mar. Un marinero sin nombre que batalla para no morir después de que su bote fue dañado irreparablemente en un clima terrible.
No hay muchos actores que solos puedan mantener el ritmo narrativo de situación, conflicto y resolución como Redford, quien aparece en pantalla por unos 100 minutos, en un escenario escueto. La cinta la realizó el escritor y director J.C. Chandor –nominado alguna vez al Oscar por El precio de la codicia (Margin Call).
Con un mínimo de diálogos (Redford tiene como dos líneas) y una tensión a lo largo de la historia, el protagonista divaga más que en lo inconmesurable del océano, en un mar introspectivo.
Parte de Todo está perdido fue filmada en la costa sur de California, pero también utilizaron tres tanques de agua gigantes que James Cameron mandó a construir en Baja California para hacer Titanic.
Chandor utilizó máquinas de viento y oleaje, que durante el filme derriban en varias ocasiones al actor. También la manguera con la que le dispararon chorros de agua directamente a la cabeza hizo que sufriera de una infección. Perdió temporalmente la audición del oído izquierdo.
“Cuando llegamos al set me di cuenta de que podía hacer muchas cosas que se requerían en el guion. Y cuando JC se dio cuenta de eso, de pronto se volvió muy ambicioso y quiso que hiciera todo. Así que mi ego surgió y pensé: ‘Ok, tal vez sí puedo. Veamos’”.