Leonardo Coral recién lanzó dos producciones discográficas
Un compositor escribe para ser oído; deseo compartir mi vida interior
Domingo 23 de marzo de 2014, p. 4
La música es, en esencia, un ritual. Por lo menos para el compositor Leonardo Coral, de quien hace unas semanas se publicaron dos discos compactos, uno de ellos monográfico, y el pasado 11 de marzo fue el estreno mundial de su novena sonata, para pianoforte, en el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York.
Un compositor escribe para ser escuchado, quiere decir algo a través de su música. En mi caso, deseo manifestar mi vida interior y compartirla con otras personas, y en ese proceso se da un ritual
, explica el autor.
Un concierto es un ritual en el que, como músicos, nos comunicamos con nuestros semejantes por medio del sonido y los silencios. Es una comunicación que va más allá de las palabras, una gama de sensaciones que pueden ser interpretadas de manera diversa. Por eso, hacer música es para mí una necesidad no sólo espiritual, sino física
.
En entrevista, a propósito de esos dos álbumes, realizados por el sello Tempus Clásico, el creador egresado de la Escuela Nacional de Música, donde ahora es docente, precisa que su preocupación al componer no es, en principio, agradar al potencial escucha.
Lo que me preocupa es que me guste lo que hago, que sea tocable, lógico y decente. Por decente entiendo que tenga oficio, buena factura; la partitura sea clara, esté correctamente escrita para el instrumento y además tenga vida interior, fuerza expresiva. Yo suelto mis obras y dejo que sean escuchadas y adquieran vida propia
, explica.
La de Leonardo Coral es una música muy visual. No sólo por su profundo colorido, sino por la biografía misma del compositor, que en mucho está relacionada con la pintura, al ser hijo del artista plástico Flaviano Coral.
Desde muy niño me crié entre cuadros y pintores. Entonces mi sensibilidad tuvo un desarrollo muy enriquecido por las artes plásticas. En relación con la música, el primer compositor que me atrajo fue Debussy, y éste es un autor que tiene mucha relación con los pintores impresionistas y el manejo del color. Entonces, en mi obra hay mucho manejo de color
, señala.
Esa influencia del arte pictórico es muy palpable en su obra Homenaje a Siqueiros, la cual aparece en el disco Tríos mexicanos, grabado por el Trío Témpori. Es una pieza escrita en 2000, con la que el compositor rinde homenaje a David Alfaro Siqueiros, a quien conoció de manera cercana, pues su papá colaboró con él en la realización de tres murales.
Recuerdo haberlo visto de niño, iba de la mano de mi padre y de repente vi a un señor imponente, con una personalidad muy fuerte; era un hombre muy amable y educado. Me quedan recuerdos muy cálidos y gratos de él
, apunta.
Escrita para violín, piano y violonchelo, esta partitura, en su primer movimiento, alude a la personalidad de Siqueiros, al ser un movimiento “muy enérgico, vigorozo, visceral, como era el pintor.
En el segundo, retomó una pintura de El coronelazo que evoca sensación de soledad y tristeza. Y el tercero, es una evocación de la época que le tocó vivir al artista, mediante la inclusión de un vals.
Laberinto de luces y sombras es el otro disco compacto recientemente aparecido de Leonardo Coral. Se trata de un álbum monográfico integrado por cinco obras que en conjunto comprenden un lapso de cinco años de trabajo, de 2007 a 2012.
El espíritu que impulsó este material es el deseo del compositor de explorar diversas dotaciones de cámara, que van desde el piano y la guitarra como instrumentos solistas hasta un cuarteto de cuerdas, un trío de flauta, violonchelo y piano, y un dúo de violín y piano.
También dar cuenta de dos aspectos de su proceso creativo, pues por un lado ofrece piezas de naturaleza libre, en términos de su estructura; y por otro, maneja formas estrictas, como es la sonata, de la cual se incluyen tres en este álbum.
En la sonoridad de Leonardo Coral hay dos mundos que están interactuando siempre: Uno de ellos es muy melódico, lírico, cantabile, inclusive amable; el otro mundo es muy visceral, enérgico, rítmico, agresivo, con sonoridades crudas. Son mundos que conviven siempre en mí
.