Las fracciones de PRI y PAN en el Senado avalan la ratificación de Monte Alejandro Rubido como titular de la Comisión Nacional de Seguridad (CNS). Los legisladores reconocieron su experiencia en el tema, aunque cuando comparezca deberá explicar lo ocurrido el sexenio pasado, cuando formaba parte del equipo de seguridad pública del gobierno de Felipe Calderón y falsamente se dio por muerto a Nazario Moreno, El Chayo.

El priísta Omar Fayad, presidente de la Comisión de Seguridad Pública, planteó que una vez que llegue la propuesta del nombramiento podría ser turnada a comisiones este miércoles y de inmediato convocar a comparecer al funcionario.

Destacó que se trata de ‘‘un hombre con experiencia en la materia. Ha estado en el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen), en el Sistema Nacional de Seguridad y hasta hoy era secretario del sistema de seguridad y se había convertido prácticamente en su vocero’’.

Sin embargo, para organizaciones de derechos humanos la llegada de Rubido confirma que el gobierno de Enrique Peña seguirá aplicando una estrategia basada en la intervención policial, más que en la investigación o la inteligencia, y podría estar motivada por la fidelidad de este personaje a ciertos grupos.

José Rosario Marroquín, director del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez, señaló que ‘‘sin haberlo cuestionado o al menos evaluado, parece que ahora se le premia después de haber dado a conocer información no fidedigna’’ en 2010.

Los senadores perredistas Alejandro Encinas y Dolores Padierna advirtieron que la salida de Manuel Mondragón es muestra de las divergencias al interior del gabinete y debe explicarse a fondo la causa de su renuncia.

El panista Fernando Yunes consideró que Rubido ‘‘es una persona con experiencia, probado’’, que estaba desde el sexenio pasado en el tema de seguridad. Durante su comparecencia ya habrá oportunidad para que explique ‘‘por qué informó al presidente Felipe Calderón de la supuesta muerte de El Chayo, y hacer una valoración completa. La aprobación del funcionario tendrá que basarse en todo su curriculo, en su experiencia, y no sólo en ese detalle’’, acotó.

Por su parte, Édgar Cortez, investigador del Instituto Mexicano de Derechos Humanos y Democracia, señaló que la trayectoria de Rubido no está vinculada a un ejercicio de la seguridad con respeto a las garantías de las personas, sino más bien a la construcción de redes de espionaje contra los adversarios o los críticos del gobierno en turno.

Luego de destacar la lejanía de este funcionario con las organizaciones de la sociedad civil, Cortez afirmó que queda en entredicho la voluntad del gobierno de construir una estrategia diferente de seguridad basada en el respeto a la gente y no sólo en la protección de las instituciones.