A mí me descubrió Tim Burton, quien creyó en mí y vio que un rockero podía hacer música para cine, expresó en videoconferencia Danny Elfman, quien regresa a los escenarios tras un letargo de 18 años y se presentará en México los días 8 y 9 de abril, en el Auditorio Nacional, acompañado de la Orquesta Sinfónica Nacional (OSN), dirigida por John Mauceri, y el Coro EnHarmonia Vocalis. Habrá 135 personas sobre el entarimado.

La charla se realizó desde su casa en Los Angeles. Resaltó que visitó México cuando era niño y por eso regresar a dar conciertos es una emoción muy personal.

Es el creador de la música y los visuales de Batman y de cintas de Burton como El joven manos de tijera, El extraño mundo de Jack, Las aventuras de Pee-Wee, Alicia en el país de las maravillas, y otras como Big Fish y de la popular serie estadunidense Los Simpson.

Agregó que le es difícil trabajar con directores de cine normales, por lo que colaborar con Tim Burton ha sido una experiencia más cómoda.

Nunca he perdido el miedo de estar frente a la gente y ahora, tras 18 años de estar lejos de los escenarios, no es diferente. Salir a un escenario es un desafío y más, si como yo, se ha estado distante, ya que es como un acto tras bambalinas en el que estás y en un momento ya no. Los productores me dieron la oportunidad de hacer más shows e inmediatamente elegí a México, país que conocí de niño y desde entonces no regreso. También estoy muy consciente en lo viva que se ha vuelto la ciudad de México y mi curiosidad de conocerla es muy alta. Estos conciertos son una gran excusa para visitar sitios que no conozco o a los cuales deseo volver.

Burton supo de Elfman cuando éste se hallaba en el grupo estadunidense Oingo Boingo. Ahí fue el hallazgo, el inicio de la amistad de una dupla productiva de melodías, muchas de ellas música pura, no hecha para las voces.

La nueva película de Burton, Big Eyes, dijo, es la obra más pequeña en la producción de ese director. Creo que hacer algo con muy bajo presupuesto es bueno para él. Vuelve a lo simple. No tengo idea de qué trate. No sabré qué tipo de música haré hasta que la comience. De mi banda Oingo Boingo... no sé. Se perdieron en el Triángulo de las Bermudas, en un gran tour. Desgraciadamente yo no me pude subir ese día al avión porque estaba enfermo, pero el avión fantasma ha estado apareciendo en muchas ciudades, pero siempre se ven igual de jóvenes, como cuando desaparecieron la primera vez. Es todo lo que sé de ellos.

Añadió que cuando trabaja con Burton no involucran al productor, pues se trata de una labor de dos, “de Tim y yo. Ahora bien, cada película es diferente, pues hay varias personas a nuestro alrededor. Lo que hace fácil el trabajo con Burton es que no es normal. Me es más difícil hacer algo con gente normal. Lo más anormal de un personaje es más fácil para mí adaptarlo a música. Esto no quiere decir que yo mismo sea anormal, ni que me lleve mejor con gente anormal que con la normal, pero...

Danny Elfman señala que su visita a México, para ofrecer conciertos los días 8 y 9 de abril, se trata de una emoción muy personal, porque desea conocer lo viva que se ha vuelto la capital del paísFoto cortesía del compositor

En los años que llevo trabajando con Burton no estoy consciente de que haya él tenido un cambio especial.

Precisó que no sabe si en los conciertos que dará en México habrá invitados especiales. Repito algo: no estoy muy seguro de que la relación con Burton haya cambiado con el paso de los años. El me platica muy poco sobre sus personajes. A algunos directores les encanta echarte un rollo sobre la naturaleza psicológica de los personajes, pero Tim simplemente dice: aquí están. Hasta que vemos la película platicamos. Es más, hasta que yo tenga música que mostrarle no nos vemos. La relación con Tim no ha cambiado mucho en los últimos 28 años. Para trabajar con él sigo tratando de crear un esquema. Lo mejor que puedo hacer es pensar en la película y hacer lo mejor que pueda. Escucho los sonidos internos, en algo que yo llamo sesión de laboratorio. Frecuentemente encuentro piezas de música que me gustan y les hago variaciones hasta que encuentro algo interesante. Si hallo algo que me esté comenzando a gustar le doy la vuelta. Siempre tengo cinco, seis o siete canciones que enseñarle, y dos son como los comodines. Él a veces comenta que tal es la canción adecuada, que esa es la que le gusta. Así que nunca sé qué esperar. No podría yo adivinar cómo va a responder a una especie de música.”

Ha estado nominado al Oscar, pero no ha ganado. Siempre me ha parecido que los premios por el mérito artístico son absurdos. Yo soy de los pocos que están sentados en la entrega de los premios de la Academia que está rezando por no ganar, porque tendría que hablar frente al público; ahí, de pie. Los premios que me han dado no los tengo en mi casa, sino en la de mi mamá. Sería mala suerte tenerlos en mi casa.

Expuso que regresó a dar conciertos porque a los que asistió donde se tocaba su música no lo dejaron contento. Si quiero estar feliz por mi trabajo en vivo tengo que hacerlo yo mismo, componerlo y arreglarlo yo. Debo hallar en un concierto una fuerza multimotivacional. Hacer suites ha sido un trabajo muy agradable. Ahora me gustaría subir al escenario y cantar nuevas canciones. En los conciertos con ustedes llegaré con la experiencia de haber estado en Praga y en Suiza, así que arribaré con muchas ganas de hacer bien las cosas.

Comentó que en el caso de la música del programa Los Simpson fue la más fácil de crear. Me la pidieron e iba en el auto y de ahí salió la tonada. Llegué a casa y todo se compuso y grabó en dos horas. No esperaba ver un solo peso de ese proyecto.