Recuerdan al escritor a un mes de su fallecimiento en la Casa Refugio Citlaltépetl
aún estaba en falta con la literatura
Pronto saldrán a la venta Padre y memoria y La era de la criminalidad, ejemplares póstumos del escritor, anunció Carmen Gaitán
El autor tijuanense dejó cuatro libros más sin publicar
Domingo 16 de marzo de 2014, p. 4
“Federico era un hombre de una prudencia y una amabilidad extrema. Con esa modestia que siempre lo caracterizó –se los digo después de vivir 28 años con él– no te hacía sentir nunca que era un personaje importante; siempre creyó que estaba todavía en falta con la literatura; siempre sintió que todavía tenía que dar más y así se fue”, compartió Carmen Gaitán durante el homenaje que se le rindió este sábado al escritor y periodista Federico Campbell (1941-2014), a un mes de su fallecimiento, en la Casa Refugio Citlaltépetl.
La viuda del escritor tijuanense obsequió al público algunos textos que se han publicado en varios medios de comunicación sobre el trabajo literario de Campbell, pues señaló que Federico era un ser tan respetado, querido y tan citado
.
Otros inéditos
En la tertulia a la que asistieron familiares y amigos, Gaitán informó que próximamente estarán a la venta los libros póstumos del escritor: Padre y memoria, por la editorial Océano, y La era de la criminalidad, por el Fondo de Cultura Económica (FCE).
Asimismo anunció que existe la posibilidad de publicar otros libros, porque en sus papeles se encontraron cuatro volúmenes inéditos que llevará a las casas editoriales para su publicación.
En el homenaje participaron el promotor cultural Eduardo Clavé, los escritores Vicente Alonso, Guadalupe Beatriz Aldaco y Federico Campbell Peña, quienes además de resaltar la generosidad y sencillez del autor de Pretexta o el cronista enmascarado (1979), recordaron algunas anécdotas.
Vicente Alonso compartió su experiencia como alumno de Federico Campbell; señaló que el gran tema de su maestro fue la memoria, “porque solía decir y solía escribir que la memoria no rescata los hechos como sucedieron, sino que cada quien tiene su visión de las cosas, su experiencia, y él toda su vida abordó esa idea.
“Para mí siempre será el maestro, pues no es esta la primera vez que afirmo que fue el mentor más generoso que pudiera existir. Somos muchos los que le llamábamos y le seguiremos llamando maestro, no por veleidades académicas, ni por asuntos del tabulador cultural, sino porque en efecto fue un ejemplo de vida, un norteño íntegro y un amigo excepcional.
Como mencioné hace tres años, en su cumpleaños número 70, Campbell se ganó cuartilla por cuartilla su lugar en el mundo, era un hombre que seguía haciéndose preguntas, que olfateaba buenas historias donde otros veíamos la cáscara engañosa de la cotidianidad, se preguntaba cómo funcionaban las cosas, dignificaba el oficio de periodista
, expresó Vicente Alonso.
Guadalupe Aldaco recordó cuando presentó el libro Padre y memoria, y leyó una parte del texto de esa presentación: La memoria más allá de las contingencias del padre, la madre, la historia personal y biológica incluso; la memoria como la persona en tanto yo construido, inventado; la memoria como aquello que nos da sentido, identidad: la autoficción, en palabras del escritor. Porque lo que decimos que somos nos lo inventamos nosotros; la memoria hace nuestro yo, lo construye, lo inventa, de ahí que en enfermedades caracterizadas por la pérdida de la memoria primero muere ésta y después la persona, se nos reitera en el libro
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Federico Campbell Peña evocó escenas de su infancia, como los momentos que pasó con su padre en las redacciones de algunos medios de comunicación y cuando jugaba beisbol con él, mientras Eduardo Clavé recordó sus conversaciones con Campbell y las circunstancias en que conoció al editor de la revista Mundo Médico.