No hemos podido resolver el conflicto, pero es injusto decir que nada hemos hecho
El auditorio es de toda la comunidad universitaria, no de algún grupo, señala el rector de la UNAM
Jueves 13 de marzo de 2014, p. 39
El rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), José Narro Robles, subrayó que el auditorio Che Guevara, de la Facultad de Filosofía y Letras (FFL), no es de ninguno de los dos grupos” que desde hace unos meses se vienen disputando la ocupación de ese emblemático espacio
, sino que pertenece a toda la comunidad universitaria
.
Por ello, indicó que se trabaja en diversas acciones para exigir la restitución del recinto, ocupado desde septiembre de 2000 por diversos colectivos. Espero que pronto se vea una expresión de rechazo de los universitarios. He platicado con el consejo técnico de la FFL, los directores (de escuelas y facultades) y colaboradores de la rectoría para ver y plantear acciones, las cuales tienen que ser acciones universitarias, de repudio a la violencia y de exigencia absoluta de que se reintegre este espacio a toda la comunidad universitaria
.
Luego de la inauguración del congreso Política social y sociedad civil: retos para alcanzar la equidad y la justicia social, que se realizó en el Centro Universitario Tlatelolco, el rector fue interrogado por los reporteros sobre esta problemática. Reconoció que en estos casi 14 años de ocupación, las autoridades de la UNAM no hemos tenido la capacidad de resolver el problema
y confió en que pronto se solucione. Aunque acotó que es injusto
afirmar que no se ha hecho nada al respecto.
... y muchos no universitarios
Quiero recordarles que es un problema por el que han transitado tres rectores: Francisco Barnés, Juan Ramón de la Fuente y un servidor; es un asunto que ha transitado bajo la dirección de tres directores de la FFL (Gonzalo Celorio, Ambrosio Velasco y Gloria Villegas), y decir que no se ha hecho nada es injusto
.
El pasado 19 de diciembre un grupo autodenominado anarquista
ingresó por la fuerza al auditorio Justo Sierra –que en 1968 fue renombrado por el movimiento estudiantil como Che Guevara– para desalojar a los integrantes de los colectivos estudiantiles y sociales
que mantuvieron la ocupación durante los últimos cuatro años. Pero el lunes de la semana pasada, jóvenes con el rostro cubierto –según versiones ligadas a los grupos expulsados en diciembre– actuaron de manera similar y volvieron a tomar el reciento. Horas más tarde, los anarquistas
retornaron y tras un enfrentamiento se quedaron una vez más con el control del mismo.
Interrogado sobre esos sucesos, Narro manifestó su rechazo absoluto a esas acciones: no es posible presenciar entre algunos universitarios y entre muchos no universitarios hechos de violencia para ocupar, desocupar, recuperar un auditorio que es de la universidad, no de quienes lo tenían antes del 19 de diciembre del año pasado; no es de quienes con violencia desalojaron a esos ocupantes y se quedaron con él; no es de ninguno de esos dos grupos, es de la comunidad universitaria
.
Reiteró que tanto por los acontecimientos de diciembre como por los del 3 de marzo la UNAM presentó las denuncias correspondientes ante la Procuraduría General de la República, en las que incluso se identificó a personas ajenas a la casa de estudios y a varios grupos que participaron en el enfrentamiento. Por ello, confió en contar con el respaldo de las autoridades correspondientes para la aplicación de la ley.
–Muchos sectores están pidiendo que entre vigilancia universitaria y saque a estas personas que están privatizando este espacio –le dijeron los reporteros.
–No es un asunto tan simple. ¿No han visto la forma en que actúan esos grupos? ¿No vieron el 3 de marzo la golpiza que se dieron entre ellos? ¿No observaron los medios de comunicación su armamento, consistente en palos, tubos, piedras, botellas y otras cosas que tienen para lastimarse? No, no es un asunto de fuerza, y si se tiene que usar algún tipo de fuerza, ésta debe ser la fuerza moral, no es de otra naturaleza, y el respaldo de las autoridades para aplicar la ley –concluyó el rector.
Después de la confrontación de la semana pasada, el auditorio permanece cerrado y la entrada principal siempre es vigilada por varios jóvenes. Sólo se permite el ingreso a personas ligadas a quienes lo ocupan. Ante esa problemática, la comunidad de la FFL ha organizado asambleas en cada uno de los cinco colegios que la conforman para discutir una posible salida; sus posiciones se presentarán este jueves durante la asamblea general
, en la que se podría definir la forma de gestionar el espacio. Aunque con sus matices, el sentir en estas reuniones es que el auditorio no pertenece a nadie, que su coordinación debe recaer en la comunidad, que no haya intervención de las autoridades y que se rechace la violencia como forma de dirimir diferencias.