Jueves, viernes y sábado presentará un rave artístico en 3D, en el Plaza Condesa
En su tercera vez en el país, los creadores del pop robótico, que han influido a grupos y diyeis por más de cuatro décadas
Su historia empezó en el conservatorio de Düsseldorf en los 60
Miércoles 12 de marzo de 2014, p. 8
Ralf Hütter y Florian Schneider se conocieron en el conservatorio de Düsseldorf, Alemania, en los años sesenta.
A inicios de la siguiente década comenzaron a experimentar con sintetizadores y secuenciadores, con instrumentos electrónicos desdeñados en ese entonces por grupos de rock y músicos de academia. Con esos juguetes se introdujeron en el universo del microtono, lo que les hizo fundar el grupo Organisation, con el que editaron el disco Tone Float.
Luego crearon su propio estudio: el Kling Klang, laboratorio de beats sintéticos y génesis de un sonido único: el pop robótico de esencia minimalista, con el cual, aderezado de unas simples vocales, pudieron ser a lo largo de más de 11 producciones la banda sonora de la era digital en la historia de la música.
En sus presentaciones en vivo y en sus discos fueron robots, hombres máquina, maniquíes (de plástico y de carne, como esos de las pasarelas de moda). También lograron ser luces de neón con radiactividad. Más bien, unas vías transeuropeas que, en una camioneta recorrieron metafísicamente varias veces la Tour de France, mutados en computadoras con su propio mundo.
En realidad, en lo que se convirtieron fue en una central energética, traducción al español de la acepción que en alemán es Kraftwerk, nombre que eligieron para su agrupación, la cual ha influido a cientos de grupos de finales del siglo XX e inicios del XXI.
A Ralf Hütter y Florian Schneider los han acompañado como miembros de la agrupación: Michael Rother, Henning Schmitz, Frits Hilpert, Emil Schult, Fernando Abrantes, Stefan Pfaffe, Karl Bartos, Wolfgang Flur y Klaus Dinger.
Ahora, con sólo un miembro original, el propio Hütter, trae al foro del Plaza Condesa un performance sonoro en 3D.
Es su tercera presentación en nuestro país. La primera fue en la Carpa Forma, en el Hipódromo de las Américas. La segunda fue al abrir el concierto de Radiohead en el Foro Sol, donde los seguidores de los ingleses poco entendieron la importancia de los llamados Beatles de la música electrónica.
Ahora, en el Plaza vienen con una instalación en la que se proyectan ocho videos en tres dimensiones. Este espectáculo, nombrado como rave artístico, lo han presentado en museos, galerías, ferias mundiales y festivales.
Los juguetes de Kraftwerk han sido sintetizadores minimoog, secuenciadores, orquestrones, cajas de ritmos y diversos tipos de software para computadora. Ahora, los videos son parte de su interacción con el público.
Ante ojos escépticos en una serie de actuaciones en vivo, en la década de 1970 presentaron Kraftwerk 1, que dio pauta a la creación de su estética única. Editaron la secuela y un tercer disco titulado Ralf and Florian.
Estos innovadores de la tecnología lanzaron en Estados Unidos Autobahn, caracterizado por el uso intenso de los sintetizadores moog y que fue su despunte internacional. El sonido de la banda sobresalía de toda la música comercial de la época.
En 1975 editaron Radio-Activity, disco conceptual en el que exploraron el tema de la radio comunicación. Su llegada a la mecanización vino con el conocido álbum Trans Europe Express, arquetipo de su sonido, que presentaba temas melódicos y sintetizados con beats lentos con vocales manipuladas por computadoras.
The man machine fue el sinónimo de la estética posmoderna, un trabajo casi privado de toques humanos. Los Kraftwerk se promovían con una imagen subhumana.
Desaparecieron por un tiempo hasta que en 1981 editaron Computer world, meditación acústica sobre la influencia global de la tecnología. No fue sino hasta 1986 que grabaron Electric café, tecno pop inclasificable, resumen de varios años de experimentación.
En 1991 se editaron los remixes de la mejores canciones del grupo. En 2000 se editó Expo, y dos años más tarde Tour de France, con versiones más establecidas en el cuatro cuartos de tiempo, base del tecno.
La experiencia de Kraftwerk 3D, viaje audiovisual que será uno de los mejores conciertos del año, a presentarse el 13, 14 y 15 de marzo en el Plaza Condesa.