La matanza de cuatro jóvenes mexicanos sigue siendo una afrenta para AL: Blanche Petrich
denunciar un crimen de Estado del gobierno colombiano
Estaban en Sucumbíos, Ecuador, para vivir una experiencia de lucha, dijo Carlos Fazio en Casa Lamm
Miércoles 12 de marzo de 2014, p. 6
El ataque de la aviación colombiana contra el campamento de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en territorio ecuatoriano el 1º de marzo de 2008, donde murieron cuatro estudiantes mexicanos y una sobrevivió, sigue siendo una afrenta para América Latina; una violación a todos lo acuerdos internacionales sobre la inviolabilidad de las fronteras y el uso de la fuerza, y un crimen contra la humanidad
, expresó la periodista Blanche Petrich.
La reportera de La Jornada participó en la presentación, el lunes, del libro Sucumbíos: historia de una infamia (Asociación de Padres y Familiares de las Víctimas de Sucumbíos) efectuada en el Centro de Cultura Casa Lamm.
En esos hechos hubo participación directa de militares estadunidenses, según se sabe hoy por confesiones de los propios agentes de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés).
Petrich abundó: “También es un capítulo vergonzoso en la política exterior mexicana, en la política interna, de la cual no es ajeno ni el aparato de justicia ni los medios de comunicación. Frente a estos hechos, cierta prensa mexicana, igual que la colombiana, distorsionó gravemente la realidad.
“El gobierno de Felipe Calderón falló en uno de los mandatos más sagrados de un mandatario: proteger a los ciudadanos mexicanos en el exterior.
“Lejos de emprender las obligadas acciones de protección, los burócratas de ese régimen (al que no voy a calificar, ustedes ya tienen formada su opinión) actuaron como aliados privilegiados de un gobierno genocida, el de Álvaro Uribe, y adoptaron una lectura de la crisis conforme a la estrategia estadunidense en la región. Es decir, contribuyeron a criminalizar –no a proteger– a cinco mexicanos atacados por el ejército colombiano al considerarlos, según esta visión, ‘blancos legítimos en la guerra antiterrorista’”.
Sucumbíos... es un libro colectivo y, ante todo, un homenaje a cinco jóvenes universitarios, politécnicos, mexicanos, que perseguían la utopía
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Por transformar la realidad
Como se indica en el libro, querían apropiarse de la historia y la cultura de los pueblos de América Latina, pero no con base en aspiraciones de erudición o para aprobar materias en su carrera profesional, sino para transformar la realidad
, señaló el periodista y analista político Carlos Fazio.
Con esa finalidad crearon la Cátedra Libertador Simón Bolívar y un Centro de Documentación y Difusión en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México
. Por eso, también, “estaban en el campamento de las FARC, no para hacer ‘turismo revolucionario” ni tampoco para entrenarse, sino para observar, registrar, documentar, de manera directa y vía testimonios, una experiencia de lucha”.
Para el colaborador de La Jornada, “esos muchachos, como los estudiantes masacrados en Tlatelolco, como los jóvenes víctimas de la tortura, las ejecuciones sumarias y las desapariciones forzadas de los ‘años de plomo’ en los 70 (del siglo pasado) en México, fueron víctimas del terrorismo de Estado colombo-estadunidense, y sus padres encarnan hoy a las ‘doñas’ del Grupo Eureka, a las ‘madres de la Plaza de Mayo’ y a todos quienes buscamos una paz digna con justicia y dignidad, pero no exenta de una verdad histórica que cierre el círculo de los actos de violencia criminal concreta, con juicio y castigo a los culpables”.
Álvaro González, coautor del volumen y padre de Juan, uno de los cuatro asesinados junto con Verónica, Soren y Fernando –sobrevivió Lucía Morett–, dijo que el libro se hizo con la finalidad de difundir y denunciar el crimen de Estado y contrarrestar las mentiras del gobierno colombiano
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Realizado con los compañeros de la Universidad Autónoma de Chapingo
, donde González es profesor investigador, el libro abre líneas de investigación para futuro proyectos, algunos ya conocidos, tratados, pero otros por explorar
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