Con el objetivo de prevenir, sancionar y erradicar la violencia y hostigamiento contra las mujeres en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el Programa Universitario de Estudios de Género (PUEG) –en colaboración con el Programa Universitario de Derechos Humanos y la oficina del abogado general– echó a andar la segunda fase de la campaña por la equidad de género en la institución académica.

La intención, dijo Ana Buquet, directora del PUEG, es promover entre la comunidad universitaria el respeto a los derechos humanos de todas las personas, en particular de las mujeres, así como impulsar entre ellas la cultura de la denuncia. Además, en caso de que se encuentre que un integrante de la comunidad ha incurrido en este tipo de agresión, se le sancione ya sea con la rescisión de su puesto o la expulsión de la institución.

La UNAM es reflejo de lo que sucede en la sociedad y no está exenta de esta problemática, planteó. Aun así, dijo, en la casa de estudios la incidencia de agresiones es menor que a escala nacional, pues mientras en el país los datos oficiales muestran, por ejemplo, que 60 por ciento de las mujeres han recibido agresiones en el ámbito doméstico, en la universidad 20 por ciento de ese sector ha padecido violencia.

Esta fase, que incluye una campaña en todos los campus de la UNAM, incluidos los externos, se presentó ayer en la Coordinación de Humanidades, y está orientada a dos etapas: desarrollar una cultura de la denuncia dentro de la casa de estudios ante el problema de la discriminación y la violencia de género, y difundir los lineamientos generales por la igualdad de género (que son una serie de políticas legales estratégicas para contrarrestar la iniquidad en la institución), publicados el 7 de marzo del año pasado.

Recientemente el PUEG hizo una investigación para identificar el nivel de violencia y hostigamiento contra las universitarias. Algunos de los resultados muestran que los actos de acoso contra el sector femenino sobre todo se ubican en un nivel de menos graves, es decir, se dan piropos, gestos y miradas con connotación sexual, y en menor medida se dan hostigamientos directos, y hasta donde el estudio pudo analizar, no se han suscitado casos de violación sexual en los campus.

Como parte de la campaña desde hace unos días letras gigantes rondan por pasillos, jardines y explanadas, se trata de transmitir diferentes mensajes: Con D de denuncia, porque lo que queremos es apostarle a una cultura de denuncia, no basta con decirlo, hay que hacerlo; con R de respeto, no acosar a las alumnas; con V de valor, señala a quien te acose, sea quien sea; con C de compañerismo, aprende la lección, a las compañeras no se les acosa sexualmente; con I de inteligencia, el maestro califica el desempeño de las alumnas, no su físico; con U de urgente, es hora de poner un alto al acoso sexual en el trabajo; con S de seguridad, por una UNAM con espacios dignos y seguros para las mujeres; con J de justicia, por la equidad de género en la UNAM; y con L de libertad, aquí las mujeres están libres de acoso sexual.

Por su parte, Estela Morales, coordinadora de Humanidades de la UNAM, aseveró que la información y la educación son las herramientas para combatir esta problemática. Sostuvo que si bien la campaña, los cursos y trabajos contra este flagelo se darán en la casa de estudios, parte del objetivo es que trascienda al país para contribuir a prevenir la violencia contra la mujer.