Adrián Guadarrama reflexiona sobre su voluntariado en Médicos Sin Fronteras
El egresado de la Universidad La Salle organizó clínicas móviles para atender a migrantes
Lunes 10 de marzo de 2014, p. 39
Nadie sabe el límite de sus capacidades hasta que las debe poner en práctica. En el caso del médico mexicano Adrián Guadarrama, esa oportunidad ocurrió durante un voluntariado en la organización Médicos Sin Fronteras (MSF) en su país de origen, pero también en Mozambique, Sudán y Guinea.
Como parte del ciclo de charlas Diálogos humanitarios, el joven de 28 años de edad narró en la Casa Refugio Citlaltépetl las experiencias que tuvo como médico al servicio de algunas de las poblaciones más vulnerables de dos continentes, tanto por los estragos de la migración forzada como de la guerra civil y la pobreza ancestral.
Guadarrama, egresado de la Universidad La Salle, decidió enrolarse en MSF luego de que esa organización abriera sus puertas a los profesionales mexicanos de la salud, y su primera misión fue atender a los migrantes indocumentados –en su mayoría de origen centroamericano– que paraban durante algunos días en el refugio temporal ubicado bajo un puente vehicular en Lechería, estado de México.
Están en una situación totalmente vulnerable, incluso al punto de olvidar su propio valor como seres humanos, y en la escuela nunca te enseñan cómo dar consulta así, rodeado de tráileres, con un volumen tan grande de pacientes
, contó el médico, quien tuvo que organizar clínicas móviles para atender a los migrantes.
Tras permanecer allí algunas semanas, Guadarrama tuvo la oportunidad de acudir a una misión de ayuda médica de emergencia en Sudán, país ubicado en el extremo nororiental de África, donde en ese momento ocurrían combates en el contexto de una guerra civil que terminó dividiendo a la nación.“Sudán me dio el oído, porque cuando escuchábamos que se acercaba un avión, teníamos que correr a unas trincheras, por los bombardeos. Ahí aprendí también que no sólo las medicinas curan, sino también el solo hecho de decir ¨aquí estoy¨", recordó.
Después, Guadarrama fue trasladado a Mozambique y Guinea, donde aprendió a lidiar con situaciones de dificultad extrema y combatir con los recursos de MSF los efectos de la malaria, el paludismo, el VIH y la tuberculosis multirresistente. Esta experiencia, dijo, te enseña a llevar tu persona, tus capacidades y tu profesión al límite, lo cual no es fácil, porque no estamos exentos de temores o dudas
.
En la actualidad, alrededor de 50 médicos mexicanos colaboran en el equipo de trabajo de Médicos Sin Fronteras.