El Chayo se inició al lado de La Tuta y El Chango Méndez
Lunes 10 de marzo de 2014, p. 5
Nazario Moreno González, El Chayo, líder de la agrupación criminal Los caballeros templarios, quien comenzó su carrera delictiva hace más de una década en La familia michoacana, al lado de Servando Gómez, La Tuta, y José de Jesús Méndez, El Chango, se impuso entre sus compañeros delincuentes debido a su sangre fría y la violencia contra quienes lo contradecían, de acuerdo con un análisis sicológico de su perfil criminal elaborado por las autoridades militares y civiles, durante el gobierno de Felipe Calderón.
Entre 2008 y 2010, uno de los objetivos primordiales de la administración federal era desmantelar al cártel de La familia michoacana. En ese entonces el presidente Calderón había dado la orden de que a como diera lugar fueran capturados La Tuta, El Chango y El Chayo.
Captúrenlos ‘‘vivos o muertos’’
A decir de fuentes gubernamentales y militares consultadas por La Jornada, Calderón Hinojosa había mandado hacer un perfil criminal de los tres hombres que por esas fechas mantenían el control territorial del trasiego de drogas, realizaban extorsiones a comerciantes y ordenaban un sinnúmero de actos criminales en la entidad michoacana.
Fue en ese contexto que el 10 de diciembre de 2010, quien entonces era titular del Consejo Nacional de Seguridad Pública, Alejandro Poiré Romero, informó en conferencia de prensa de un enfrentamiento entre criminales y agentes de la Policía Federal (PF), ocurrido el 9 de diciembre de ese año, en el que, según el funcionario calderonista, había muerto Nazario Moreno.
‘‘Diversos elementos de información obtenidos durante el operativo coinciden en señalar en que el día de ayer (jueves 9 de diciembre) cayó abatido Nazario Moreno González, también conocido como El Chayo o El Doctor, principal líder y uno de los fundadores de la organización criminal La familia michoacana’’, aseveró Poiré durante la conferencia de prensa.
Sin embargo, el funcionario calderonista no hizo referencia a que las autoridades tuvieran o hubieran visto el cuerpo de Moreno González, pues afirmó que, en su repliegue, los miembros de la banda levantaron a sus compañeros heridos y muertos.
‘‘Durante el repliegue y huida de los criminales, éstos han ido recogiendo a quienes han resultado heridos y presumiblemente fallecidos del propio grupo criminal’’, señaló entonces Poiré Romero.
El mismo día de esa conferencia, la entonces Secretaría de Seguridad Pública federal, que estaba a cargo de Genaro García Luna, señaló que a partir de la detención de alcaldes y otros funcionarios estatales de Michoacán, el 26 de mayo de 2009 –el llamado michoacanazo–, se registró una disminución en la actividad criminal de La familia michoacana.
‘‘Esta situación se revirtió con la liberación de la mayoría de los alcaldes y funcionarios del gobierno estatal’’, expuso la dependencia federal en una tarjeta informativa que repitieron hasta el hartazgo radio y televisión.
El gobierno de Felipe Calderón nunca pudo probar los dichos de Poiré y eso provocó decenas de versiones en las redes sociales sobre la posibilidad de que El Chayo estuviera vivo.
A finales de 2010, apenas unas horas después de que Poiré informó sobre el enfrentamiento en que supuestamente había sido abatido uno de los hombres a los que se consideraba líder de La familia michoacana, el gobierno de Calderón filtró a una televisora un mensaje que envió Servando Gómez Martínez, La Tuta, a los integrantes del cártel, en el cual les confirmaba la muerte de El Chayo.
Sin embargo, el entonces director de comunicación social de la Procuraduría General de la República (PGR) Ricardo Nájera Herrera señaló que no se podía dar por hecho el deceso de El Chayo, y dijo que para el Ministerio Público Federal, no existían elementos suficientes que acreditaran la muerte del líder criminal.
En esa ocasión, el mensaje que se atribuía a La Tuta había sido emitido por medio de radios de onda corta en la zona de Michoacán, y fue captado durante las acciones que realizó la Policía Federal, sobre todo en el municipio de Apatzingán.
El supuesto mensaje de Servando Gómez fue difundido por el noticiario que conduce Carlos Loret de Mola en Televisa, y en su contenido se señala: ‘‘Recuerden, muchachos, que aunque nuestro máximo líder ya no está, por así decirlo, El Doctor, que Dios lo tenga donde quiera que se encuentre, tenemos que seguir adelante. Lo tenemos que hacer por nuestra familia y nuestro pueblo. Vamos a ser precavidos y cuidadosos’’.
Durante el sexenio de Calderón, los dirigentes de La familia michoacana sufrieron una escisión que dio pie al surgimiento de lo que hoy se conoce como Los caballeros templarios, quedando en el mismo cártel La Tuta y El Chayo, y en su contraparte El Chango Méndez.
Desde el inicio de la actual administración federal que encabeza el priísta Enrique Peña Nieto, funcionarios de su gabinete de seguridad sostenían en pláticas of the record con periodistas que El Chayo no estaba muerto, y que sobre él pesaban al menos 11 averiguaciones previas por delitos graves. Esa versión se fortaleció tras la detención, el 19 de febrero pasado, de Heliodoro Moreno Anguiano, El Yoyo, quien dijo ante elementos de la PF que su medio hermano (El Chayo) estaba vivo.
Un día después de la captura de Heliodoro, un funcionario de alto nivel del gobierno mexicano reconocía, por primera vez de manera oficial, que existían elementos para considerar que Nazario Moreno podría estar vivo, como reiteradamente lo habían señalado los grupos de autodefensa que operan en el estado de Michoacán.
Finalmente, Manuel Mondragón y Kalb, titular de la Comisión Nacional de Seguridad, afirmó ese día que las autoridades no podían asegurar que El Chayo hubiera fallecido en diciembre de 2010.