Zacatecas, Zac., 9 de marzo.

Siete meses después de que fue inaugurada, la planta de tratamiento de aguas residuales Osiris, la más grande del estado, opera a una sexta parte de su capacidad.

En septiembre pasado, unas horas antes de su tercer informe de labores, el gobernador priísta Miguel Alonso Reyes puso en marcha la terminal, en la cual se invirtieron 270 millones de pesos.

Cuando se realizó el proyecto –avalado y financiado por la Comisión Nacional del Agua– se estimaba que procesaría hasta 70 por ciento de las aguas residuales de la zona conurbada Zacatecas-Guadalupe.

Sin embargo, la planta hoy sólo trata 100 litros de aguas negras por segundo, cuando su capacidad es de 600 litros por segundo.

Diputados locales de todos los partidos realizaron la semana pasada una visita de supervisión a la planta, ubicada en la comunidad de Osiris. Los acompañaron Amado del Muro, director de la Junta Intermunicipal de Agua Potable, y Alma Fabiola Rivera Salinas, titular de la Secretaría del Agua y Medio Ambiente estatal, quienes intentaron justificar la escasa utilización de la infraestructura.

Legisladores de los partidos del trabajo, de la Revolución Democrática y Movimiento Ciudadano exigieron a la Auditoría Superior de la Federación (ASF) revisar la obra, que se está convirtiendo en un elefante blanco, dijeron los diputados Iván de Santiago y Juan Carlos Regis.

En contraparte, la secretaria del Agua y Medio Ambiente dijo tras la inspección de los legisladores que la operación de la planta ha sido gradual y aseguró que para julio podría estar funcionando a toda su capacidad.

El diputado petista Juan Carlos Regis Adame subrayó que entre las presuntas irregularidades que la ASF deberá indagar destaca el presunto sobreprecio de 100 millones de pesos del proyecto. Trabajadores de la planta explicaron que que no se construyeron los tres colectores de aguas negras de San Jerónimo, Guadalupe y Sauceda, que alimentarían al complejo, dijo.