Madrid, 9 de marzo.

Músicos virtuosos de conservatorio y callejeros, artistas plásticos, actores de teatro, directores de escena, cineastas, escritores, payasos y miles de ciudadanos que entienden que la Cultura, con mayúsculas, es parte esencial del desarrollo y futuro de una sociedad, salieron a las calles de Madrid para reivindicar esta idea. Y para exigir al gobierno español, del conservador Mariano Rajoy, que cambie de política cultural, que termine con los ataques permanentes contra los creadores y que, de manera urgente, revoque el incremento del IVA que ha provocado el alejamiento de centenares de miles de espectadores de las salas de teatro, de los cines y de los conciertos.

En noviembre del año pasado, cuando se agotaron los cauces de diálogo con los polémico ministro de Educación y Cultura, José Ignacio Wert –el político español peor valorado y más repudiado por los sectores que representa–, un grupo de artistas creó la plataforma ciudadana Todos somos cultura. Su principal objetivo era servir de contrapoder a las durísimas medidas adoptadas por el gobierno español contra el sector, de manera destacada el aumento general del IVA a 21 por ciento, y los durísimos recortes presupuestarios en un área muy castigada por la severa crisis económica que afecta al país desde hace un lustro.

El primer gran acto de Todos somos cultura fue precisamente la jornada festivo-reivindicativa de hoy en Madrid, donde algunas calles del centro de la ciudad cambiaron el ruido de los vehículos y el tráfico por conciertos, obras de teatro, lecturas de poemas o salas improvisadas para contemplar obras de arte, fotografías o espectáculos de títeres. Una jornada de celebración de la cultura, pero también una medida desesperada ante la grave situación de miles de compañías artísticas, creadores o productores musicales o audiovisuales que están al borde del colapso financiero y, por tanto, están en peligro de desaparecer miles de puesto de trabajo.

En total hubo 20 escenarios en los que se representaron y actuaron centenares de obras y artistas, que fueron vistas por más de 50 mil personas. Algo inédito en la ciudad en los últimos años, que desde el inicio de la crisis ha dejado de realizar importantes eventos culturales que servían de lanzamiento de la industria.

En el escenario principal, en el céntrico Paseo de Recoletos-Prado, cinco voces distintas leyeron el manifiesto, empezando por un niño que simbolizó, precisamente, la necesidad de no dejar perder el bagaje histórico de la cultura para las nuevas generaciones. La cultura no puede seguir siendo considerada únicamente como un subproducto del desarrollo, sino que debe ser vista por todos los agentes políticos y sociales como uno de los principales factores del desarrollo sostenible. La cultura no puede ser entendida como un problema o como algo incómodo a los políticos. La crisis actual no puede ser ni un freno ni una excusa, es una oportunidad para toda la ciudadanía para rencontrarse y participar de todos esos valores, sentimientos e ideales. Los bienes, servicios y actividades culturales no son mercancías o bienes de consumo que puedan ser considerados únicamente como objetos de comercio, aunque tengan un valor económico importante, por ello la externalización no resulta una buena solución, advirtieron los artistas.

Demandaron de forma explícita que se paralice la política de privatización de los espacios culturales de uso público, se apruebe cuanto antes la reducción del IVA y que se establezca una interlocución de los representantes del sector con el gobierno, una vez que el actual ministro ha roto cualquier puente de diálogo con la mayoría del medio artístico, sobre todo de cara a la aprobación de la futura Ley de Propiedad Intelectual, Ley del Mecenazgo, Leyes de Patrimonio Cultural.

Entre los lectores del manifiesto y de la plataforma destacó el cantante Miguel Ríos, quien afirmó que ya era hora de hacer algo así. Esta fiesta es fundamental. Ya hemos llorado bastante por la piratería, porque no había más remedio. Ahora hay que protestar para decir que la cultura es fundamental para el ser humano y que los creadores son consustanciales a la democracia y la sociedad. O una representante del colectivo de arqueólogo, Conchi Torres, quien advirtió que cultura no es sólo cine, música y teatro. La cultura también está en las aulas. Hay que reivindicar todos los espacio. Hay que mirar también al patrimonio histórico. Alicia Torija, en su calidad de presidenta de la plataforma ciudadana, añadió que los recortes nos han hecho mucho más pobres, por eso vamos a defender con uñas y dientes esa otra riqueza que es la cultura.

El acto se cerró con una emotiva interpretación del Coro de los Esclavos, Va pensiero, de la ópera Nabucco, de Verdi, que se ha convertido en el himno de lucha de lo sectores de la cultura europea. Una música que miles de personas la escucharon con el puño en alto y al final, cuando se escucharon los últimos acordes, se rompió el silencio con un aplauso cerrado y al final con gritos de Wert, dimisión.