París, 7 de marzo.

El ex presidente de Francia Nicolas Sarkozy fue puesto bajo escucha el año pasado durante una investigación sobre el presunto financiamiento de su campaña electoral de 2007 por el fallecido líder libio Muammar Kadafi, pero la indagación llevó al conocimiento de un nuevo caso sobre presunto tráfico de influencias, lo cual significaría un escollo para el ex mandatario, quien estaría pensando presentarse a los comicios generales de 2017.

El diario francés Le Monde, que citó una fuente cercana al caso, informó que la escucha de una conversación telefónica entre Sarkozy y su abogado Thierry Herzog dio pie a la apertura –febrero pasado– de la investigación judicial por tráfico de influencias y violación del secreto de instrucción.

En esa conversación, Sarkozy, presidente de 2007 a 2012, habla con Herzog del juez de la Corte de Casación de Francia Gilbert Azibert y de la posibilidad de contactarlo para procurarse detalles de un procedimiento en manos de la Corte relacionado con el caso Bettencourt.

En marzo de 2013, Sarkozy había sido acusado de abuso de debilidad cometido en detrimento de la multimillonaria Liliane Bettencourt, heredera del grupo de cosméticos L’Oréal, en el contexto de una investigación sobre posible financiación ilegal de su partido, la Unión por un Movimiento Popular (UMP).

Era sospechoso de haber recibido dinero de la multimillonaria para financiar su campaña presidencial de 2007, pero fue sobreseído el pasado octubre. Ahora, la Corte de Casación deberá decidir el 11 de marzo si valida el procedimiento seguido en el caso Bettancourt y, en particular, la incautación de las agendas del ex presidente.

A cambio de información sobre este asunto, Azibert, quien ocupó un cargo en el Ministerio de Justicia durante la presidencia de Sarkozy, habría pedido a éste apoyo para obtener un alto puesto en Mónaco, añadió Le Monde.

Herzog calificó las grabaciones de algo no sólo escandaloso, sino monstruoso. Agregó: Es una violación monumental a los derechos legales de defensa.

La noticia se añade a otro caso: las grabaciones clandestinas que un consejero presidencial, Patrick Buisson, hizo de varias reuniones con Sarkozy. El ex mandatario anunció el jueves que interpondrá una demanda.