Washington, 7 de marzo.

El consejo permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA) aprobó hoy una declaración de solidaridad con Venezuela, donde se han registrado protestas callejeras contra la inseguridad y la escasez de productos básicos.

El texto, resultado de una de las más largas deliberaciones y negociaciones a puerta cerrada en la OEA, supone un triunfo de la diplomacia venezolana, la cual revirtió una iniciativa de Panamá que proponía la celebración de un encuentro de cancilleres que abordara el tema, lo cual fue posteriormente complementada por Perú, que sugirió la creación de un mecanismo de observación de los acontecimientos en el país sudamericano.

La declaración de solidaridad –propuesta por Bolivia– fue finalmente aprobada por 29 votos en favor y tres en contra (Estados Unidos, Canadá y Panamá), después de 15 horas de debate en el organismo repartidas en dos sesiones, jueves y viernes.

Roy Chaderton, embajador venezolano, informó al final de la sesión que el documento aprobado es una manifestación de solidaridad con la paz, la democracia y el diálogo iniciado por el gobierno la semana pasada, lo que, puntualizó, abre el camino para condenar la violencia, que ha causado 21 muertes desde el 4 de febrero, cuando se iniciaron las manifestaciones –principalmente estudiantiles– en el estado occidental de Táchira.

El hecho de que la sesión se haya realizado a puerta cerrada, apuntó Chaderton, contribuyó a que no se creara un circo mediático sobre lo que ocurre en Venezuela, pero en contraste la embajadora estadunidense, Carmen Lomellin, consideró que la discusión de la problemática venezolana constituyó un triunfo, porque se llevó a cabo pese a que muchos no querían.

La iniciativa llevada el miércoles a la OEA por Panamá provocó la decisión de Venezuela de romper relaciones diplomáticas con el país istmeño, por considerar que su propuesta es injerencista.

Este viernes el presidente panameño, Ricardo Martinelli, acusó a Venezuela de adeudar mil millones de dólares por el uso del canal de Panamá, a lo que el mandatario venezolano, Nicolás Maduro, acusó a su homólogo de pretender cobrar una comisión de 20 por ciento por las facturas de empresas venezolanas.