Catemaco, Ver., 7 de marzo

La tradicional misa negra con los siete chamanes o brujos, que en ceremonia pidieron al Señor del Encanto renovación de sus poderes de sanación y adivinación, se realizó la medianoche del jueves con la participación brujos, curanderos, yerberos y sanadores.

Esos poderes, como es la tradición, serán utilizados en este primer viernes de marzo para atender a los cientos y miles de visitantes que acuden a hacerse limpias y solicitar amuletos para las eternas peticiones de salud, dinero, amor, así como protección política.

En este lugar, con su laguna Encantada y el cerro del Mono Blanco, los brujos de Catemaco son una tradición y el primer viernes de marzo se dedican a realizar limpias y sanaciones; a leer cartas, adivinar y predecir el futuro, el tiempo de cosechas buenas, destinos políticos o de la farándula: por ello es habitual que políticos y artistas los busquen.

El brujo Juan Rosario Toto, por ejemplo, dice que trabaja lo malo y lo bueno y en su consultorio hay un altar a santos católicos y la santa muerte. Este día una discreta fila de consultantes esperaban turno para limpias, amuletos y hasta hubo quien solicitó expulsión de un espíritu. Este brujo es uno de los que la medianoche del jueves asistieron a la cueva en el cerro del Mono Blanco, a pedir poder para continuar con sus trabajos que llama espirituales.

Más de 50 brujos en Catemaco

Rosario Toto es uno de los más de 50 brujos que aún trabajan en este pequeño municipio de la región de Los Tuxtlas, que abarca las localidades de San Andrés y Santiago, y forma parte de esa pequeña comunidad esotérica que ha mantenido una tradición que coincide con el solsticio de primavera y se remonta a la época prehispánica, pues refiere que esta zona de selva tropical veracruzana era una de adoración a la diosa Coatlicue, madre de Huitzilopochtli.

El brujo Rosario Toto dice que esta época es violenta pero que ya se había anticipado, por lo que muchos vienen a pedir protección. Vaticina y pronostica que en la política, el PRI al menos en el estado de Veracruz, seguirá triunfando.

En esta región aún se observa a orillas de la sinuosa carretera a vendedores de ídolos de barro que refieren extraer de cuevas y montes, pero que en realidad ellos hacen con tierra negra-azul de esta zona mística y mágica, donde abundan historias de chaneques –duendes locales– y de brujos malos y buenos, tanto que sus casas antes humildes y de techos de lámina son ahora mansiones donde atienden a personajes de la farándula y la política.