Sociedad y Justicia
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A pesar de que tengan la misma escolaridad que los hombres, ganan menos, señala

Los hogares encabezados por mujeres son los que más carecen de acceso a la alimentación: Coneval
 
Periódico La Jornada
Viernes 7 de marzo de 2014, p. 42

Los hogares dirigidos por mujeres (uno de cada cinco) están en condiciones de mayor vulnerabilidad. Son los que más carecen de acceso a la alimentación, en comparación con los que el jefe de familia es el padre; la sobrecarga de trabajo doméstico no remunerado es mayor cuando hay pobreza y a pesar de contar con la misma escolaridad, la población femenina obtiene menos ingresos por sus empleos que los hombres, señala el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).

En el contexto del Día Internacional de la Mujer. que se celebra el 8 de marzo, el Coneval informó que de acuerdo con los datos del estudio Pobreza y género en México: hacia un sistema de indicadores, información 2008-2012, sólo seis mujeres ocupadas tienen acceso a seguridad social de forma directa por cada 10 hombres en esta situación.

Agrega que en 2012, 54.1 por ciento de las mujeres de 25 a 44 años con hijos trabajaban de manera remunerada, mientras entre las que no tenían hijos el porcentaje ascendía a 74.9.

El total de mujeres ocupadas que no reciben pago por su labor es superior al de los hombres en la misma situación, principalmente entre los 45 y 64 años, ya que en este grupo de edad existen tres mujeres sin remuneración por cada hombre sin pago.

El estudio presenta más datos. Indica que en promedio, las mujeres dedican a los quehaceres domésticos entre 10 y 20 horas semanales más que los hombres, y entre ocho y 15 horas semanales más al cuidado sin pago de niños, ancianos, enfermos o personas con discapacidad.

Indicadores

Explica que la información se obtuvo a partir de un sistema de indicadores que permiten visibilizar las desigualdades que hay entre hombres y mujeres en el ejercicio de los derechos sociales incorporados a la medición de pobreza que determina la Ley General de Desarrollo Social. Particularmente se estudió el trabajo remunerado, el doméstico no remunerado y la dinámica doméstica.

Indica que en 2012 cerca de la mitad de los hogares con jefatura femenina tenían estructuras familiares ampliadas, las cuales tienden a contar con un mayor número de integrantes. Esta situación es aún más evidente entre los hogares dirigidos por mujeres pobres, en los que residen más miembros en edades no laborales que en edad de trabajar, lo cual se traduce en una tensión importante en la distribución de los recursos al interior del grupo familiar.

Añade que las mujeres tienen una participación menor en actividades económicas que la de los varones, y esto es más notorio entre las pobres. En 2012, las mujeres en pobreza mostraron tasas de participación económica hasta 50 puntos porcentuales menores a las de sus contrapartes masculinas, ya que 83.4 por ciento de los hombres participaban en actividades económicas contra 39.4 de las mujeres.