Después de un año sin entrenador, la mexicana Aída Román consiguió la medalla de oro en el Mundial de Tiro con Arco bajo techo, en Nimes, Francia. Fueron 12 meses en los que la arquera diseñó sus prácticas y rutinas de preparación física, durante los cuales no consiguió subir al podio.

Fue quitarme un freno, porque dudaba si podía yo sola. A veces acudía a mi ex entrenadora para consultarle sobre algunos aspectos técnicos, explica la arquera, quien el pasado fin de semana logró una actuación impecable, en la que ocho de diez flechas obtuvieron 10 de calificación, con lo que venció 6-0 a la japonesa Miki Nakamura.

Unas semanas antes del Mundial, Román viajó a España para concentrarse en el campamento de preparación. Ahí conoció a su nueva entrenadora, la sudcoreana Mee Jeong Lee: Aún no está firmada, pero es un hecho de que ella será.

La mexicana descubrió que durante las competencias siempre empezaba muy acelerada, con nervios, y la serenidad en un deporte que exige concentración total y armonía con cada músculo y movimiento respiratorio la ganaba a medida que disparaba cada flecha.

Jeong Lee le aconsejó que se relajara. Fueron dos semanas de trabajo con una nueva técnica y aunque el resultado aún era incierto, al volver de Francia con la medalla de oro sabe que su apuesta fue la correcta: Los buenos resultados son una consecuencia de lo que trabajé en España.

El año en completa soledad deportiva fue consecuencia de la dificultad para encontrar un preparador de buen nivel que quisiera auxiliar a la medallista de plata en Londres 2012.

Los entrenadores a los que se lo propusimos se negaron. Un francés rechazó la oferta porque no entraba en sus planes, para él debía diseñarse un programa de aquí a 2020. Otros no vieron propuestas a largo plazo y eso no les interesó, pero es que en México no tenemos cultura de planificación, hacemos proyectos de aquí al domingo y hasta ahí... pero Mee Jeong Lee se atrevió a decir sí, dijo Román, aunque el trabajo con la nueva entrenadora no será convencional, sino a larga distancia.

Desde España, la preparadora estará al tanto de los programas y rutinas de Aída, en México, pero eso no inhibe a la nueva campeona mundial porque recuerda lo difícil que fue trabajar por su cuenta y ahora será una prueba.

De sentirse cómodas con el trabajo, ambas decidirán una nueva figura de trabajo en la que una de las dos tendrá que mudar su residencia.

El campeonato mundial que ganó Aída, la colocó en ese parnaso de atletas mexicanas que han conquistado medallas olímpicas y títulos del mundo, como hicieron María Espinoza, Belem Guerrero y Ana Guevara. Estar junto a ellas le resulta halagador, pero matiza: Todas son chicas fuera de serie, eso me halaga, porque yo también trato de ser una mujer fuera de serie, aunque no sé si esté al mismo nivel que ellas.

Lo que rescata de esa lista de nombres es que son parte de una generación de deportistas mexicanos que ha perdido el miedo a la competencia de alto nivel mundial.