La temporada de influenza en México va de salida, pero dejó a la Secretaría de Salud (Ssa) varias lecciones, como la necesidad de reforzar las campañas para promover la vacunación y evaluar la posibilidad de ampliar la cobertura del biológico a las personas de 50 años (hoy se aplica a partir de los 60), entre otras, aseguró Pablo Kuri Morales, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud.

En entrevista, el funcionario confirmó que el aumento en la circulación del virus A/H1N1 se dio a partir de las últimas semanas de diciembre. El dato se conoció sólo cuando se tuvieron los resultados de las pruebas de laboratorio con la confirmación de los casos de la infección acomodados con base en la fecha de inicio de síntomas, y eso ocurrió hasta la segunda semana de enero, indicó.

Del primero de enero al 4 de marzo se confirmaron 6 mil 111 casos de influenza, de los cuales 4 mil 917 se debieron a la cepa A/H1N1. También ocurrieron 653 muertes, y de éstas 598 las ocasionó ese virus.

Cobertura de apenas 40% en diciembre

Al hacer una evaluación sobre esta oleada de influenza, en específico del comportamiento del subtipo A/H1N1, en la cual la mayor cantidad de enfermos y muertos se reportó entre personas de 40 a 59 años, comentó que hasta ahora se desconoce la razón de esta tendencia. Sólo hay algunos indicios, dijo, como que los casos más graves y complicados se presentaron en individuos con obesidad mórbida y diabetes descontrolada.

Estos mismos, siendo parte de los grupos de riesgo para presentar las complicaciones graves y letales, no se vacunaron y llegaron a los servicios de salud hasta siete días después del inicio de los síntomas de la infección. Con la campaña de comunicación que se puso en marcha en enero, se logró reducir tal periodo a 2.5 días, pero aún así es tarde, porque el tratamiento antiviral es altamente eficaz si se administra dentro de las primeras 48 horas.

Kuri Morales resaltó que el comportamiento de la influenza en este año es diferente a la pandemia de 2009, cuando la mayoría de afectados y fallecidos eran jóvenes de alrededor de 30 años y embarazadas. Tampoco hay todavía una explicación científica de las causas, y eso que la cepa A/H1N1 está superestudiada.

Dijo que el virus siempre cambia, pero nada que afecte su comportamiento. Existe lo que se denomina huella genética de la cepa, por la cual se obtiene su secuencia completa y en cada periodo se compara con las anteriores. Además, se han identificado los genes que causan resistencia al tratamiento antiviral Oseltamivir, así como aquellos que dan la virulencia. Por eso, se puede asegurar que la cepa que circula en esta temporada es 99 por ciento igual a la que en 2009 causó la pandemia.

De ahí que las hipótesis sobre el nivel de afectación de la enfermedad se enfoquen en la carencia de percepción de riesgo entre los individuos. No reconocen la importancia de la vacunación porque se sienten a salvo, y tampoco siguen las medidas de prevención, como el lavado frecuente de manos o el uso del gel-alcohol, explicó el subsecretario.

Sobre la campaña de inmunización, subrayó que la posibilidad de incrementar la cobertura a las personas a partir de los 50 años es una decisión que tomarán los expertos en el Consejo Nacional de Vacunación.

En esta temporada, señaló, los sectores que respondieron mejor fueron los niños menores de cinco años y los adultos mayores de 60. Aún así, como ocurre cada año, en diciembre la cobertura era apenas de 40 por ciento.

Hace dos semanas se llegó a 95 por ciento, lo que representa la cobertura más alta que se haya tenido, pero lo ideal es que este nivel se hubiera alcanzado mucho antes.

Comentó que las oleadas de influenza duran entre ocho y 16 semanas. La actual comenzó a bajar de acuerdo con las previsiones de la Ssa, y Kuri estimó que se dará por concluida alrededor del 21 de marzo. Los casos seguirán presentándose, pero en menor volumen y a lo largo de todo el año, apuntó.