PRI: Jurásico restaurado
Dominación 2015
Cordero, falso adiós
Libro sobre Colosio
diferencia del PAN y el PRD, que pasan por fuertes crisis internas, el Partido Revolucionario Institucional está gozosamente consolidado alrededor del tradicional dedo supremo que desde 2012 fue reinstalado. Discurso, formas, procesos y decisiones han dado un vigoroso salto atrás, sometiendo al priísmo a las decisiones de las élites correspondientes a cada nivel, sin asomo alguno de crítica o reticencia, en un gradual proceso de reconcentración de poder en Los Pinos que no sólo ha vuelto a alinear a su base electoral y su clase política (de ésta, mención especial merecen sus gobernadores, antes infladamente sueltos), sino incluso a varios de sus soldados extraoficiales, algunos de los llamados poderes fácticos (empresarios, líderes sindicales, dueños de televisoras, por dar ejemplos), que durante la docena del panismo imperito se habían colocado por encima del gobierno.
El PRI de Peña Nieto es un partido calladamente sometido, que apuesta por el reparto del poder hasta el nivel de las migas, bajo la conducción, como presidente y secretaria general, respectivamente, de los ex gobernadores César Octavio Camacho Quiroz (interino en el estado de México, luego que Emilio Chuayffet Chemor solicitó licencia en 1995 para ser secretario de Gobernación con Ernesto Zedillo) e Ivonne Aracelly Ortega Pacheco (yucateca, sobrina del difunto Víctor Cervera Pacheco, escogida por encima de Dulce María Sauri Riancho para competir en 2007 contra Xavier Abreu Sierra, del PAN devastado por el gobernador saliente, Patricio Patrón Laviada).
El parque Jurásico restaurado trabaja desde el primer día de su retorno a Los Pinos en planes de larga estancia en el poder. El reordenamiento de actores y factores pretende dar paso a una prolongada etapa de conciliación de intereses cupulares que tenga como sustento de fachada la inducida predilección ciudadana en las urnas y su expresión estructural en representantes populares
y autoridades propicios para el desarrollo de los planes del peñismo y sus aliados.
Una primera aduana será el año próximo, cuando se renovará la cámara federal de diputados y el nuevo
PRI buscará aumentar su número de curules, para reducir la dependencia de acuerdos y alianzas con otros partidos a la hora de las votaciones estratégicas. Tal como se vivió en el primer Pacto por México, las grandes decisiones serían impulsadas por los tres principales partidos nacionales, pero con un PRI más numeroso en cuanto a curules, acaso fortalecido
con algunas diputaciones entregadas a personajes de la sociedad civil
, sin credencial de tres colores. Salvo la estridencia y ciertas acciones aparatosas, ni siquiera la aparición de una bancada de Morena cambiaría el curso del pactismo tripartito si las previsiones de Los Pinos se cumplen, con un PRI haciéndose de diputaciones federales con cargo a los programas de desarrollo social y al dinero corriendo a raudales, como marca de la casa, con un PAN bajo dominio del grupo maderista tan apalabrado con el peñismo (y la franja de Felipe Calderón ya apaciguada, minoritaria aunque esperanzada en que Margarita Zavala teja desde una plurinominal una resurrección familiar en 2018) y con un PRD aún bajo control estructural de Los Chuchos, a través del secretario general, Carlos Navarrete, pero dirigido en la superficie por Cuauhtémoc Cárdenas.
Respecto a las gubernaturas que habrán de elegirse en 2015, el PRI mantendrá un margen negociable para cesiones a sus aliados, en especial para el PAN en San Luis Potosí (donde Peña Nieto no tiene ningún aspirante que le sea cercano y, por tanto, le obligue a defenderlo; puros aspirantes menores, sacrificables) y asumiendo que en Sonora el mal trabajo de Guillermo Padrés imposibilita a los de blanco y azul repetir en el gobierno, y para el PRD en Guerrero o Michoacán (con ribetes familiares en ambos casos: en el primero, la sobrina de Carlos Salinas, Claudia Ruiz Massieu, como posible carta priísta para reiterar o romper alianzas entre el ex y el actual, y en la segunda entidad con la posibilidad de entregar a los Cárdenas nuevamente la entidad, como instrumento de pago por servicios este año en el sol azteca).
Tanto en 2015 como en 2018 Los Pinos tendrá en los comederos electorales la oferta de apoyo para una nueva elección inmediata a legisladores federales bien portados, del PRI o de cualquier otro partido. La intención es dar continuidad
a los proyectos de Peña Nieto, con un partido mayoritario rigurosamente controlado, cámaras absolutamente manejables, la mayor parte de los partidos opositores bajo pacto, poderes fácticos
realineados, alianzas y ganancias a partir de los nuevos negocios, sobre todo los energéticos, y la tentación de la relección general. Nuevo PRI, viejo PRI.
Viendo la faramalla armada por panistas cercanos a Ernesto Cordero, y por éste mismo, al solicitar licencia para competir por la dirigencia nacional de su partido, cabe señalar que no honra al Senado que se armen pretenciosas despedidas para quienes deciden incumplir temporalmente sus obligaciones legislativas para encarar contiendas circunstanciales, ya sea elecciones en los estados (sobre todo en busca de gubernaturas) o en el interior de los partidos. Muchos de esos personajes que se organizan sesiones con discursos falsamente épicos y rondas de bienaventuranzas convencionales (pensado todo en función propagandística a favor del saliente) regresan al poco tiempo, con la cola electoral entre las patas, a acomodarse sin pena ni gloria en la misma silla a la que meses o semanas atrás habían menospreciado.
Y, mientras se procesa en imprentas el libro Colosio, el futuro que no fue, con prólogo y presentación de Luis Donaldo y Mariana Colosio Riojas, y 18 textos de colaboradores y amigos del sonorense, ¡hasta mañana, con la cantante pop Belinda haciéndose acompañar en el número inicial de su presentación en Mazatlán (caliente, como toda Sinaloa) por bailarines encapuchados, con camisetas negras, pantalones camuflados y armas de utilería (http://on.fb.me/1g7P6Ns)!
Twitter: @julioastillero
Facebook: Julio Astillero
Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx