Mensajes a Felipe
Te lo digo, Vicente...
Impunidad Fox-Sahagún
Alianza Madero-EPN
l disparo contra Oceanografía no va necesaria o exclusivamente contra el consorcio de tráfico de influencias formado por Vicente Fox y su esposa Marta, con dos hijos de apellido Bribiesca Sahagún como principales operadores. Aun cuando la artillería mediática se ha centrado, con fundada razón, en las andanzas de quienes convirtieron el sexenio 2000-2006 en plataforma de escandaloso enriquecimiento que luego fue intocada por el impuesto sucesor, las pillerías en Pemex, la asignación de contratos ventajosos y las historias oscuras con cargo a la riqueza petrolera corresponden también al calderonismo que ocupó la secretaría de energía durante la foxiada y desde allí construyó una estructura de complicidades y corrupción (en la que destacan los nombres de César Nava, Juan Bueno, entre otros) que prosperó ya en el ejercicio depredador del segundo periodo panista, el de 2006 a 2012.
El lenguaraz Fox, que pasó de la quiebra personal y familiar a una riqueza inocultable, y la vivaz Sahagún, que ha visto crecer descomunalmente la riqueza de dos de sus hijos (otro ocupa una diputación federal conseguida a través del Panal cuando Elba Esther Gordillo comercializaba políticamente su franquicia partidista), se cubrieron con éxito las espaldas al apoyar y refaccionar la imposición del precario Felipe Calderón en Los Pinos, quien quedó tan comprometido en esas maniobras de fraude electoral que jamás pudo emprender una sola de las acciones justicieras que él y su equipo cercano insinuaban como inminentes al inicio de aquel sexenio en entredicho y que luego actualizaban cada vez que el desbocado ex gobernador de Guanajuato se excedía en retos y menosprecios hacia el político michoacano. Hacia la sucesión de 2012, Fox decidió convertirse en alfombra antitética del PRI, elogiando a la nueva generación de políticos de tres colores, comenzando por Enrique Peña Nieto, frente al que ha practicado un servilismo en busca de que sigan intocados sus negocios e intereses.
Calderón también quiso negociar impunidad y ciertas cuotas de poder. Sacrificó a la maleable Josefina Vázquez Mota para cerrar el paso nuevamente a Andrés Manuel López Obrador y trató de hacer pactos duraderos con Enrique Peña Nieto. Pero en Los Pinos no hay gran aprecio ni por su figura personal ni por el grupo de seguidores que dejó en el PAN y, sobre todo, en el Senado, comenzando por su hermana Cocoa y su fallido delfín, Ernesto Cordero. No es menor el hecho de que el peñismo, con su comisionado intervencionista y las autodefensas a la carta, ha entrado a Michoacán a tratar de resolver el desorden que en lo local prohijaron las administraciones perredistas (desde Lázaro Cárdenas Batel hasta Leonel Godoy) y las panistas en lo federal (el michoacanazo y la pretensión dinástica de hacer gobernadora a la hermana, como ejemplos).
Pero no es solamente regional la siembra de alertas para el michoacano que no pudo hacer más presencia política luego de dar a conocer una fundación que habría sido punta de lanza para su presunto relanzamiento público (presentas y te vas) y que se revuelve a la distancia en busca de dirigir el intento de retomar el control del PAN que le fue quitado en diciembre de 2010, cuando aún estaba en Los Pinos. Otra luz roja se encendió con la detención en San Diego, California (donde ahora está bajo arraigo domiciliario), del empresario mexicano, de origen japonés José Susumo Azano Matsura a quien se acusa de pretender la compra de favores en la política californiana y de emprender una campaña contra la productora de energía Sempra. Pero, además, y dado que la PGR pretende encausarlo por operaciones con recursos de procedencia ilícita, el mencionado empresario queda disponible para remover el asunto de los contratos ventajosos que obtuvo durante el calderonismo a través del general Moisés Augusto García Ochoa, quien era director general de administración de la secretaría de la Defensa Nacional. Azano consiguió cuando menos cinco contratos, por 5 mil millones de pesos, en asignación directa, para compra de equipo de espionaje en la Sedena que, como es sabido, fue uno de los puntales de la administración federal anterior.
Y tampoco es ajeno a los enjuagues del calderonismo el consentido empresario Gastón Azcárraga, a quien se protegió largamente durante el proceso fraudulento que le permitió acrecentar su riqueza personal mientras hundía a Mexicana de Aviación, en un conflicto que dejó sin trabajo a personal especializado y en el cual invariablemente la administración panista mantuvo posturas férreas en contra del interés de los trabajadores.
Las advertencias a Calderón (la más reciente es la de Oceanografía, con un Te lo digo Vicente para que lo entiendas, Felipe
) coinciden con el agitado proceso de definiciones panistas respecto de su liderazgo nacional. Los Pinos tiene compromiso con Gustavo Madero, quien ha sido apasionado y cumplidor partícipe del Pacto por México y que recibió entre otros pagos políticos la ratificación del panismo en la gubernatura de Baja California (a pesar del hartazgo de décadas de blanco y azul, con el narcotráfico infiltrado institucionalmente y con una presencia priísta apabullante, pues tenía bajo su control las cinco presidencias municipales de la entidad, más un personaje polémico pero jalador de votos, Jorge Hank Rohn, al que se hizo a un lado porque la entidad ya estaba comprometida para los panistas). Calderón pretende pelear contra esa alianza Madero-Peña Nieto, pero su barco está recibiendo torpedos que podrían hundirlo aún más de lo que significaría solamente la confirmación de que su grupo ha sido desplazado del control del PAN.
Y, mientras ha asumido la dirección provisional del panismo Cecilia Romero, cuyo paso por el Instituto Nacional de Migrantes fue desastroso, permisivo de criminalidad brutal, marcado por las masacres de centroamericanos en ruta hacia EU, ¡hasta mañana, con los becarios del Conacyt notificados de que por disposiciones de la SHCP
sus depósitos no serán hechos el primero de cada mes, como siempre había sido!
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