José Antonio Uribe no quiso ser como la mayoría de los pobladores de Chiconcuac, que se dedican a vender ropa. Sólo veía las carreras, pero no me animaba, relata el mejor maratonista que tiene México en la actualidad después de 20 años.

La marca de 2:08.55 horas que hizo en el maratón de Houston luego de obtener el tercer lugar, el pasado 19 de enero, lo ubicó como el octavo de toda la historia en el atletismo nacional.

Lo que no concibe el corredor de 28 años es que su logro pasó inadvertido, acaso porque el atletismo de fondo ha tenido la peor crisis en los últimos años, pero dice con optimismo que rompió ese paradigma y es cuestión de que confíen en él.

Es la mejor actuación de mi carrera deportiva, tengo 11 años en el atletismo y en 24 meses he bajado mi marca dos minutos. Creo que vamos bien, refiere el mexiquense, quien lleva tres maratones en su vida y no olvida la amarga experiencia del Mundial de Atletismo en Moscú 2013, cuando abandonó en el kilómetro 28 por un desgarro en la pierna derecha.

Hijo de un policía auxiliar del Distrito Federal y madre dedicada al hogar, no se asombra por lo que ha hecho con la asesoría de los entrenadores Wanda Panfil y Martín Pitayo, quienes han depositado toda su confianza en él porque tiene las condiciones físicas para ir bajando los tiempos y poner a México de nuevo en los podios internacionales.

Aunque tiene planeado asistir a los selectivos estadunidenses para dar la marca en las pruebas de 5 y 10 mil metros y competir en los Juegos Centroamericanos de Veracruz, en noviembre próximo, Uribe Marino tiene como reto ser un buen maratonista, como Dionicio (Cerón), (Germán) Silva, entre otros, que conquistaron Japón, Londres y Nueva York.

Igual piensa en mejorar la marca de Andrés Espinoza, de 2:07.19, que impuso en 1994 en el maratón de Boston con un segundo sitio, aunque primero quiere atacar el récord mexicano de Cerón (2:08.30). Sólo queda por definir el lugar con un circuito que sea rápido y que las condiciones se presten para lograrlo.

Por el momento, continúa corriendo para allegarse de recursos, porque no hay de otra para subsistir, a pesar de tener el apoyo de una empresa deportiva y una beca de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte.

A veces no tienes para los pasajes, comida, ropa y tenemos que correr. Terminé el bachillerato, dejé el futbol y empecé a entrenar en una pista de Texcoco, platica el campeón nacional de campo traviesa en 2012.

No me conformo con la marca que hice porque sé que puedo mejorarla. Tampoco estoy interesado en correr el maratón de la ciudad de México; el dinero es tentador, pero no lo tengo contemplado. Tengo muchas ganas y la confianza de que se puede hacer más.