La corteza prefrontal y el hipocampo crecen en volumen, según un estudio
Martes 4 de marzo de 2014, p. 3
Un estudio realizado en 120 personas de entre 60 y 80 años de edad descubrió que caminar a buen ritmo de 30 a 40 minutos al día, tres veces por semana, es todo lo que se necesita para que vuelvan a crecer las estructuras del cerebro vinculadas al decaimiento cognitivo en la edad avanzada.
El efecto equivale a detener el reloj del envejecimiento entre uno y dos años. Este es uno de los primeros estudios controlados científicamente que muestran el poder del ejercicio físico para retrasar el decaimiento mental, señalaron expertos.
Escaneos del cerebro tomados antes y después del estudio, de un año de duración, mostraron que dos regiones del cerebro en particular –la corteza prefrontal y el hipocampo– crecieron en volumen entre el grupo que se sometía a ejercicio aeróbico ligero, mientras continuaban empequeñeciéndose en quienes sólo recibían rutinas de estiramiento.
Demuestran plasticidad cerebral
El grupo que se ejercitaba también se desempeñó mejor en tareas cognitivas que probaban aspectos como memoria, habilidad lingüística y atención, las cuales se sabe que disminuyen con la edad.
Los resultados sugieren que el cerebro y la función cognitiva de los adultos mayores siguen siendo plásticos y sumamente maleables. No es esa decadencia inevitable que suponíamos. Podemos mejorar la función cerebral con cantidades relativamente modestas de actividad física
, señaló Kirk Erickson, de la Universidad de Pittsburgh.
Entre seis meses y un año de actividad física regular pueden en realidad incrementar el tamaño de la corteza prefrontal y el hipocampo
, declaró el científico en la reunión anual de la Asociación Esadunidense para el Avance de la Ciencia, en Chicago. Ambas regiones se deterioran y empequeñecen cuando envejecemos. La corteza prefrontal interviene en muchas funciones cognitivas de alto nivel, y se sabe que el hipocampo participa en la formación de la memoria, de modo que al encogerse conduce al Alzheimer y la demencia
.
Hay sólidos indicios epidemiológicos que vinculan una vida sedentaria con un mayor riesgo de Alzheimer y la demencia, pero este estudio reciente formó parte de una prueba aleatoria controlada que tiene mayor potencial de vincular causa y efecto, sostuvo el profesor Erickson.
Llevamos adultos mayores al laboratorio, evaluamos su nivel de aptitud física y les aplicamos pruebas cognitivas muy amplias. Mostramos que los adultos que se mantenían más activos y físicamente aptos tendían a un mejor desempeño en las pruebas
, señaló.
Los científicos no saben aún la causa de que las zonas cerebrales aumenten en volumen. Puede deberse al mayor flujo sanguíneo o a un aumento en el número de neuronas u otras células.
Mientras hubo un aumento de 2 por ciento en promedio en volumen en el grupo que hacía ejercicio, las mismas regiones se encogieron 1.5 por ciento en el otro grupo, que es la tasa normal de empequeñecimiento, indicó Erickson.
A la gente se le induce a creer erróneamente que necesita años de ejercicio físico vigoroso. Pero sólo se necesita ejercicio moderado y ni siquiera durante tanto tiempo
, añadió.
Las personas dicen que es como si se hubiera despejado la niebla. A menudo escuchamos comentarios como esos, así que a nivel anecdótico parece que beneficia esas funciones cognitivas
, concluyó.
© The Independent
Traducción: Jorge Anaya