El 82% recibirá el mínimo mensual, dentro de ocho años
Ingresos de las Afore contrastan con pérdidas en las cuentas
Sábado 1º de marzo de 2014, p. 9
El 49.7 por ciento del ahorro de los trabajadores en el SAR se encuentra invertido en deuda del gobierno y en el mediano plazo, exactamente en ocho años, cuando quienes estén adscritos a las Afore comiencen a retirarse, 82 por ciento de ellos recibirá un salario mínimo mensual para solventar los gastos en su vida cotidiana.
En la Cámara de Diputados la presión financiera que genera el pago de pensiones en el presupuesto federal, y sus probables causas –que implicarían movilizaciones sociales sin precedente–, ha ocasionado inquietud. Las Afore, que adquieren para sí ganancias multimillonarias, han provocado minusvalías (pérdidas) en los montos de ahorro de los trabajadores por 190 mil millones de pesos en total.
Esta reducción, derivada de las decisiones equivocadas de las Afore a la hora de invertir el ahorro de los trabajadores, ocurrió entre 2008 y 2013.
Miguel Alonso Raya, vicecoordinador del Partido de la Revolución Democrática en la Cámara de Diputados –quien ha dedicado parte de su quehacer a la investigación y el desarrollo del ahorro de los trabajadores en México–, también informó que en el país hay registradas 50 millones 900 mil cuentas en el Sistema de Ahorro para el Retiro. No obstante, 21 millones 200 mil están inactivas.
Magro rendimiento
Los recursos ahorrados a la fecha ascienden a 2 billones 69 mil millones de pesos, cifra equivalente a 12.7 por ciento del producto interno bruto (PIB). El 49.7 por ciento se encuentra invertido en documentos de deuda del gobierno. El promedio real del rendimiento que reciben los trabajadores por mantener su ahorro en las Afore es de 6.32 por ciento.
Esta ganancia contrasta con los ingresos que han recibido las Afore (entre ellas los bancos más grandes del país) de 1997 a octubre de 2012: las administradoras de los fondos de retiro obtuvieron 210 mil 76 millones de pesos por el cobro de comisiones y las utilidades netas alcanzaron 70 mil 711 millones de pesos.
Las comisiones que se embolsan las Afore representan hasta 16.8 por ciento de las aportaciones de los trabajadores al seguro de retiro del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), en promedio.
No obstante, al tercer trimestre de 2013, el rendimiento real neto (sin inflación ni comisiones) de los fondos de retiro de los trabajadores se encontraba en un rango de 3.8 a 6.7 por ciento.
Las principales minusvalías de 2008 a 2013 reportaron pérdidas por 190 mil millones de pesos. En 2008 el total alcanzó 49 mil 425 millones de pesos, y el año pasado la pérdida de los ahorros de los trabajadores alcanzó 139 mil 362 millones, tan sólo en abril y agosto.
Sobre el particular, el diputado consideró que el sistema de pensiones en México está sometido al control privado en sus dos fases, la de acumulación de fondos (a través de Afore y Siefore), y el pago de las pensiones por medio de las compañías de seguros. El hecho de alcanzar una pensión no implica que el trabajador tenga garantizado las suficientes bolsas de ingresos para sobrevivir
.
Así, la pensión que depende de lo que el asegurado acumule en su vida laboral debería incidir en la estabilidad en el mercado laboral, el poder adquisitivo de los salarios, tasas de interés y cobro de comisiones.
A la fecha, 82.5 por ciento de los titulares de una cuenta individual cotizó menos de 500 semanas, y esto da como resultado que sólo una de cada seis cuentas individuales alcance pensión en el tiempo legal.
Frente a este escenario, el Estado ha erogado grandes cantidades de recursos para garantizar la transición del sistema de pensiones tradicional al de las Afore. Tan sólo por lo que toca al IMSS, de 1997 a 2011, se habrá destinado un billón 261 mil millones de pesos para garantizar el seguro de retiro de la institución.
Por lo que hace a la situación del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado, entre 2007 y 2011, el costo de la transición alcanzó los 590 mil millones de pesos. Y hasta ahora se estima que el costo fiscal de la transición sumará 32.9 por ciento del PIB.