En caso de ser legalizado su uso hay que garantizar la procedencia, dicen en un foro
En un negocio así puede operar la crema y nata de la mafia internacional, advierten académicos
La cannabis es mucho menos adictiva que tabaco o alcohol, pero debe usarse hasta los 21 años
Viernes 28 de febrero de 2014, p. 9
Uno de los mayores problemas que generaría la eventual legalización del consumo de mariguana en México, sería garantizar la legal procedencia del producto a los centros de distribución, planteó Óscar Galicia Castillo, maestro en investigación biomédica del Instituto de Fisiología Celular de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quien apuntó que sería difícil evitar que el crimen organizado se inmiscuya como proveedor.
‘‘Uno de los mayores problemas que le veo a la iniciativa es básicamente la fortaleza del Estado para poder mantener un estado de derecho. Regular el consumo de un enervante como la mariguana implicaría que el Estado se convierta en la competencia, ahora ya no de El Chapo Guzmán, sino de El Mayo Zambada. ¿Cómo se podría garantizar la protección a los centros de distribución y cómo asegurarnos que la mariguana que se vendiera ahí no viene del crimen?’’
El también profesor en el Departamento de Sicología de la Universidad Iberoamericana (Uia) agregó que ‘‘si no tienes un Estado capaz de mantener y preservar la ley, no lo puedes obligar a arriesgarse en una empresa como ésta, en donde va a estar operando con la crema y nata de la mafia internacional’’.
Durante la realización del foro Perspectivas sobre la legalización de la mariguana en México, organizado por la Uia y la Asociación de Orientación Sicológica y Sicoterapia, Hugo González Cantú, de la Clínica de Trastornos Adictivos del Instituto Nacional de Siquiatría Ramón de la Fuente, expuso que como siquiatra, con experiencia de más de 20 años de trabajo con pacientes adictos, está en favor de la ‘‘descriminalización’’ de los usuarios de este enervante.
La mariguana, añadió, es mucho menos adictiva que drogas legales como el tabaco y el alcohol, con los cuales existe una posibilidad de 70 y 20 por ciento, respectivamente, de llegar a una adicción, mientras que la cannabis cuenta con un porcentaje de ‘‘menos de 10 por ciento’’.
Apuntó además que por los efectos en los usuarios y en su entorno, la droga ‘‘más peligrosa es el alcohol’’, mientras que la cannabis ‘‘no es de las más peligrosas, pero tampoco es inocua’’, por lo cual indicó que debe evitarse su consumo hasta los 21 años, cuando el cerebro ha alcanzado cierto grado de madurez.
Ricardo Sánchez Huesca, director general adjunto de Centros de Integración Juvenil, precisó que la capacidad adictiva de la mariguana es de ‘‘9 por ciento’’, pero advirtió que de los 12 a los 17 años de edad la posibilidad de que el usuario se convierta en adicto se eleva a ‘‘16 por ciento’’, e insistió en que la discusión debe centrarse en que es un problema de salud y no contaminarse con aspectos políticos o de derechos humanos.
Finalmente, Juan Manuel Castrejón, director de la Asociación Mexicana sobre la Adicción, estimó que muchos de los argumentos que se esgrimen para legalizar el consumo de la cannabis ‘‘son verdades a medias que esconden un discurso engañoso’’, y precisó que mucho del interés en aprobar su uso es económico, porque lo que ahora es un negocio ilegal sería legal.