Escuelas y universidades, así como estudiantes, maestros y académicos son blancos intencionales en ataques en todo el mundo, y no sólo víctimas del fuego cruzado, aseguró la Coalición Global para la Protección de la Educación en un informe divulgado ayer, que afirma que México y Colombia son los países de América más afectados por este fenómeno.

En 30 países del mundo se registró un patrón de ataques deliberados contra instituciones e instalaciones educativas, alumnos y docentes entre 2009 y 2013. Se les bombardea, quema, dispara, amenaza y secuestra precisamente por su relación con la educación. Son objetivos fáciles y desprotegidos, y los estados deben impedir que sean usados como blanco de tácticas bélicas, declaró la directora de la coalición, Diya Nijhowne.

En el informe, dado a conocer en Nueva York, se añadió que grupos armados irregulares, paramilitares, organizaciones criminales y ejércitos atacan la educación para defender sus propios intereses en lo que a veces es una represalia contra lo que gobiernos perciben como apoyo a la oposición, o se usan para culpar de falta de capacidad de las autoridades para frenar las agresiones contra la educación. A veces las agresiones tienen el objetivo de apropiarse de las instalaciones de las escuelas, o bien, oponerse activamente a que vayan al colegio niñas y mujeres.

En México, el estudio cita el incendio a un jardín de niños en diciembre de 2010, cuyos maestros se negaron a pagar protección. También se menciona que en septiembre de 2011, en Acapulco, 30 mil alumnos dejaron de recibir clases porque los profesores protestaron contra las demandas de grupos criminales que les exigían buena parte de sus percepciones, luego de que semanas antes aparecieron cinco cabezas humanas afuera de una escuela primaria del puerto.

En Colombia, pese a ser una de las pocas naciones que prohíbe explícitamente el uso militar de las escuelas, registró al menos 75 casos de planteles ocupados por diferentes grupos armados entre 2009 y 2012.

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