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El colapso de la dignidad
 
Periódico La Jornada
Miércoles 26 de febrero de 2014, p. 8

La tragedia de 65 mineros que, atrapados, murieron en la mina Pasta de Conchos, Coahuila, en febrero de 2006, así como la lucha contra la avaricia y la corrupción en México constituyen el núcleo de libro El colapso de la dignidad, de Napoleón Gómez Urrutia, líder del Sindicato Minero (La Jornada-Colofón), del cual ofrecemos un adelanto a nuestos lectores. El volumen será presentado por Carlos Fernández-Vega y Néstor de Buen, el 1º de marzo, a las 11:45 horas, en la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería

Intentos de soborno empresarial a NGU

El año 2008 trajo más amenazas en contra de mi familia y también un plan de asesinato en mi contra, pero también otras formas de presión más sutiles –aunque no por esto menos indignantes– para conseguir que yo renunciara. Desde que llegué, muchos políticos, empresarios y líderes sindicales comenzaron a viajar de México a Canadá para visitarme. Dos de estas personas eran Alonso Ancira y Graco Ramírez, un antiguo senador del PRD y también amigo personal, quien sería elegido gobernador del estado de Morelos en julio de 2012. También sostuve conversaciones telefónicas con Manlio Fabio Beltrones –Senador del PRI, antiguo gobernador de Sonora y actual líder de la Cámara de Diputados–, con el congresista del PRI Emilio Gamboa Patrón y hoy líder del Senado de México, así como también con muchos otros.

Todos estos visitantes me declararon la misma intención de brindar su ayuda para buscar una negociación al conflicto. Sin embargo, ninguna de sus propuestas de mediación resultó verdaderamente seria. Cada uno de ellos intentó convencerme a su modo de que abandonara el cargo; ninguno de ellos tenía un auténtico deseo de resolver el conflicto de forma legal, respetando los principios de la autonomía y la libertad de asociación sindicales…

(Otro tanto hicieron) dos de los líderes del movimiento sindical –Elba Esther Gordillo y Carlos Romero Deschamps, dirigentes nacionales del Sindicato de los Trabajadores de la Educación y del Sindicato de los Trabajadores Petroleros, respectivamente– (que) también viajaron a Canadá, (con los mismos planteamientos e iguales resultados)...

Crecientes ofertas de corrupción en 3 años…

A principios del gobierno de Carlos Salinas de Gortari, la compañía de Ancira, Altos Hornos de México, era propiedad del gobierno mexicano. Durante la época de las privatizaciones en el país, Salinas le vendió la empresa –que por entonces era, y continúa siendo, la productora de acero más grande de México– a los hermanos Ancira Elizondo. Ancira, al ser un amigo cercano de Salinas, se convirtió en el mayor accionista de la compañía y asumió el cargo de director general. Luego, como en la mayoría de los acuerdos de privatización firmados por Salinas, los nuevos propietarios obtuvieron la compañía prácticamente gratis. Altos Hornos de México tenía un valor estimado en 4 mil millones de dólares al momento de la privatización,… pero fue vendida a los hermanos Ancira por menos de 150 millones de dólares. Tan sólo el valor del inventario de las bodegas de la compañía para la fecha, superaba el valor del precio que se pagó por ella.

Ancira… de hecho, es un oportunista que no tiene amistades o lealtades, él tiene solamente intereses. También es una persona profundamente narcisista. Ancira es un hombre robusto, enfrascado en una perpetua lucha por perder peso y que, a medida que envejece, se ha venido sometiendo a varias cirugías para verse más joven y delgado. Dondequiera que va, siempre está rodeado por asistentes muy atractivas, generalmente jóvenes de aproximadamente veinte años… Ancira siempre está tratando de fingir como si fuera un conocedor o un experto en leyes, aunque lo único que consigue la mayor parte del tiempo es exponer su propia ignorancia y falta de conocimientos…

Ancira me visitó en Canadá varias veces… En cada una de las ocasiones que vino a Vancouver –primero en el 2006, luego en el 2007 y por último a mediados del 2008– me ofreció un buen número de beneficios personales a cambio de mi renuncia. De hecho, cada vez que nos encontrábamos de nuevo, el paquete de beneficios se hacía más generoso. En octubre de 2006, después de los primeros meses de agresiones y amenazas del gobierno, Ancira me ofreció 10 millones de dólares. La segunda propuesta en el año 2007 fue por 20 millones de dólares.

La insistencia de Ancira fracasó todas las veces…

Por supuesto, mis reuniones con él fueron un fracaso; Ancira debía haber sabido que yo no iba a aceptar sus sobornos. Más tarde, en el mes de junio de 2008, recibí otra… visita de Ancira.

Ancira insistió reiteradamente. Esta cuarta reunión era de crucial importancia, me insistió. Esta vez me traía una propuesta concreta para terminar el conflicto, que sería conveniente para todo el mundo… Finalmente acepté –aunque de mala gana– encontrarme para desayunar con él a las 9:00 a.m. en el Hotel Fairmont WaterFront de Vancouver... Sin muchos preámbulos, me dijo que tenía una nueva oferta mucho más atractiva que las de los años anteriores. Me contó que un grupo de altos funcionarios del gobierno, encabezado por el Secretario del Trabajo Lozano, se había reunido con un conjunto de empresarios pertenecientes a la Cámara Minera de México, entre los que estaban Germán Larrea, Alberto Bailleres y los hermanos Villarreal. Lozano les había pedido colaborar con una suma de dinero importante (100 millones de dólares) que me sería ofrecida a cambio de mi renuncia.

Ancira había venido esta vez a ofrecerme aquel dinero, con la condición de que renunciara inmediatamente al cargo de Secretario General del Sindicato Minero. Como parte del trato, yo debía comprometerme a permitirles imponer una nueva persona designada por ellos como jefe de la organización y por supuesto sin consultar a los trabajadores. Su última condición era que yo me quedara fuera de México por al menos tres años, hasta que se cumpliera el término de la administración de Calderón en el año 2012. En ese momento, podría regresar a mi patria sin problema y ellos retirarían las falsas acusaciones en mi contra…

Foto
Napoleón Gómez Urrutia frente al consulado de México en Vancouver, el 19 de febrero de 2010, durante la campaña internacional Días de Acción que se realiza cada año por IndustriALL Global Union en solidaridad con la lucha de los mineros, frente a las embajadas y consulados de México en el mundo. Imagen incluida en el libro El colapso de la dignidad

Ni yo ni el Sindicato estamos en venta…

...Ancira obtuvo una respuesta inmediata: Napoleón Gómez Urrutia no está en venta. Ni tampoco el Sindicato Minero, le contesté. Si él y sus aliados realmente querían resolver el con-flicto que habían creado, añadí, tenían que sentarse a negociar con respeto y parar las agresiones inmediatamente. Es gracias a los esfuerzos, al compromiso y a los sacrificios de los trabajadores que estos empresarios han recibido todas sus ganancias a lo largo de la historia de sus compañías, le recordé. Los mineros merecen una compensación justa por los inmensos ingresos que ellos generan. Luego le dije que sería mejor que tomaran los 100 millones de dólares y los distribuyeran entre los trabajadores y sus familias, o que los usaran para desarrollar nuevos planes de educación, salud, vivienda y seguros de vida.

Napoleón, Tú tienes un gran problema, y es que te adelantaste veinticinco años a tu propio tiempo. Tus ideas los asustan: todos esos asuntos del entrenamiento, la capacitación y la educación para los trabajadores, todas esas ideas sobre la modernización y el progreso para el futuro inmediato de los trabajadores. Además, México simplemente no está listo para tener a un líder sindical con títulos universitarios y de posgrado, que habla varias lenguas y tiene buenas relaciones internacionales. Y, como si fuera poco, Germán Larrea te odia, mucho más profundamente que cualquier otro. Este tipo está loco y está dispuesto a hacer cualquier cosa, a violar cualquier regla, con tal de verte caer. Obviamente, yo sabía que Larrea me odiaba…

El desprecio de Ancira hacia Calderón…

…pero nuestra entrevista todavía no había terminado. Yo aproveché la oportunidad para sacarle alguna información. ¿Por qué el presidente Calderón ha decidido continuar con esta agresión?, le pregunté… ¿por qué mantenía vivo el conflicto?

“Yo creo que tú ya conoces la respuesta…”, me dijo Ancira, Germán Larrea, Alberto Bailleres, los Villarreal, todos ellos donaron enormes cantidades de dinero a la campaña de Calderón, así como lo hicieron en la de Fox. A cambio de esto, Calderón les dio a Lozano… Eso es verdad, repliqué, pero una vez que el presidente de México asume sus funciones, tiene el poder legal para convertirse en un hombre de Estado, un monarca o un dictador. Calderón pudo haber comenzado su mandato buscando una verdadera solución al conflicto…

¿Y tú esperabas eso de un tipo chaparro, feo, conflictivo y sin personalidad?, me respondió Ancira, en esa forma ofensiva y despectiva que le es tan característica. Todo lo que sabe hacer Calderón es gritar y dar golpes en la mesa. Toma malas decisiones apresuradamente sólo para probar que él es el presidente. Y añádele a eso que le gusta beber demasiado cuando está tomando estas decisiones y vas a entender por qué son tan malas

Calderón no va a poner fin a este conflicto por su propia cuenta continuó Ancira. Es por eso que te recomiendo sinceramente que aceptes esta oferta. Si no lo haces –aquí reaparecieron las amenazas– las cosas se van a poner peor. Estos hombres van a seguir atacándote, inventando calumnias sobre ti, sobre tu esposa, tus hijos, tus compañeros. Tú sabes que ellos pueden hacer que los medios publiquen cualquier cosa que les manden. Además, añadió con un evidente aire de complacencia, así son las cosas en México: la corrupción, la ilegalidad, los abusos de autoridad; ellos pueden aplicar o interpretar las leyes como les parezca. La gente, me dijo, está dormida, cegada por la propaganda que aparece en la televisión, en los periódicos, en la radio. Los mexicanos están asustados. Viven en medio del miedo y esa cultura ha sido creada intencionalmente para controlar los negocios, la economía, el ambiente político.

Además, cuentas con una educación y una inteligencia que muchos de nosotros no tenemos. La extrema derecha está en el poder y para estos políticos del PAN los líderes sociales y sindicales como tú son los enemigos de Dios y de la Iglesia. Para ellos, los sindicatos son un cáncer de la sociedad y tienen que ser extirpados. Calderón nos confesó que así era como se sentía muchas veces durante su campaña.

…Volví a rechazar su oferta. …Si no aceptas estarás cometiendo un error y vas a lamentarlo, me advirtió.

Mi esposa Oralia me apoyó en esa y las demás circunstancias…

Finalmente, (tras 4 horas) le dije a Ancira que ya era suficiente y tenía que regresar. Antes de salir, volví a dejarle en claro mi respuesta negativa.

Aquella noche fuimos a cenar Oralia y yo para celebrar su cumpleaños… le conté que había rechazado una oferta muy importante pero que me sentía muy bien de haber tomado esa decisión. Me ofrecieron 100 millones de dólares, le dije.

¿Y a cambio de qué?, me preguntó impávida, sin perturbarse.

(Le relaté todos los detalles de esta reunión)…. Ella estuvo total y absolutamente de acuerdo con mi postura. Tomaste la decisión correcta. Tú eres como tu padre, un hombre honesto, íntegro y valeroso. Yo sé que nunca te rebajarías al nivel de ellos.... (Me hizo otras consideraciones, que me conmovieron profundamente y sobre todas las cuales no tuve sino que celebrar felizmente) otro año más junto a esta maravillosa e increíblemente generosa mujer.