La ausencia del tema migratorio en la cumbre de México, Estados Unidos y Canadá demuestra que los gobiernos de los tres países aún consideran que es asunto de seguridad nacional, en vez de prioridad de los derechos humanos, pese a que las agresiones a indocumentados han causado una auténtica crisis humanitaria, señalaron especialistas en el tema.

Marco Antonio Castillo, coordinador de la Asamblea Popular de Familias Migrantes, consideró que la falta de debate sobre este punto en el encuentro trilateral es una evidencia más de que para los gobernantes éste no es tema de primera importancia, a pesar de la gran cantidad de vidas humanas que implica.

Ni la cuestión del espionaje (por Washington en diversos países) ni la crisis humanitaria sin precedente que hoy tenemos con los migrantes está en la agenda, lamentó el activista.

Esa ausencia en realidad no es sorprendente, sostuvo, pues el gobierno de Barack Obama ha dado un impulso muy tibio a la reforma migratoria en Estados Unidos, mientras las autoridades mexicanas tampoco han hecho suficiente cabildeo para que se apruebe esa iniciativa.

La negativa del primer ministro de Canadá, Stephen Harper, a dejar de exigir visa a los mexicanos que desean ingresar a ese país, añadió, es otra muestra de que esos temas se seguirán abordando con una óptica de seguridad nacional, ignorando que la prosperidad, los negocios y el desarrollo de la economía regional están vinculados al trabajo de los migrantes, sobre todo los indocumentados.

Fabienne Venet, directora del Instituto de Estudios y Divulgación sobre la Migración, apuntó que los tres gobernantes han marginado el asunto en esta cumbre y desde hace muchos años porque es un tema incómodo.

A 20 años de la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, subrayó, el mercado laboral se ha vuelto más precario; por eso vemos el aumento de los flujos migratorios, que hoy aún son considerados problema de seguridad.

Es un tema que no se puede evitar y debió incorporarse en las agendas de trabajo de esta cumbre. Tenemos que hablar de los derechos de los migrantes y replantear el modelo económico regional, incluyendo Centroamérica, en una perspectiva de derechos humanos y desarrollo.