La afiliación a los servicios de salud como condición mínima para garantizar el derecho a la salud no es suficiente para asegurar que se ejerza plenamente. Los usuarios, una vez afiliados al Seguro Popular, se enfrentan a falta de laboratorios, ausencia de medicamentos e insuficiente profesionalización de los prestadores de servicio social de salud, señala el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).

El estudio Indicadores de acceso y uso efectivo de los servicios de salud de afiliados al Seguro Popular, realizado a petición de la Cámara de Diputados, apunta que en 2012 aún se tenía a 21.5 por ciento de la población, es decir, 25.3 millones de personas, con la carencia de servicios de salud, mientras 40.8 por ciento de la población (47.8 millones de mexicanos) estaban afiliados al Seguro Popular.

Indica que los resultados del estudio demuestran que la infraestructura y los recursos humanos a los que acceden los afiliados a este seguro no se han incrementado de manera similar al aumento en la afiliación, lo que se traduce en una disponibilidad relativa cada vez menor frente a la demanda creciente de afiliados.

En cuanto a calidad de los servicios, asegura que el aumento en la demanda, sumado a la disminución de su disponibilidad, llevó a que se profundice la falta de atención a los problemas de salud y la mala calidad percibida por los beneficiarios.

Un reto particular se relaciona con el desabasto de medicamentos, lo cual pone en evidencia problemas con la disposición de los servicios que se ofrecen y la falta de capacidad para atender la demanda que se ha generado con la creciente afiliación, apunta el estudio.

Ausencia de información y largos tiempos de espera, entre las fallas

Una vez afiliados, los usuarios del Seguro Popular, particularmente las mujeres embarazadas, se enfrentan a la falta de laboratorios en las unidades para que puedan certificar su embarazo y con esto entrar a la Estrategia de Embarazo Saludable.

Además, los usuarios enfrentan ausencia de información, largos tiempos de espera para la afiliación y reafiliación, y desconfían de las unidades prestadoras de servicios de salud y del Seguro Popular.

Una vez que se afiliaron, el objetivo es lograr una atención en salud oportuna, integral, con calidad y calidez y sin desembolso, se ve mermada por distintos factores: insuficiencia de medicamentos y equipo, incluso los mínimos para atender lo señalado en documentos oficiales del Seguro Popular.

En zonas rurales se suma a lo anterior la poca posibilidad de acceder a hospitales de segundo y tercer niveles; saturación de clínicas y hospitales; insuficiente información sobre lo que cubre, así como de lo que pagan los usuarios, además de la insuficiente profesionalización de los prestadores de servicio social de salud, señala el estudio.