Dejó varios libros listos para imprimir, entre ellos tres novelas, informó Martín Solares
Se buscará que una casa cultural, calle o avenida de Tijuana lleve su nombre
, dijo el presidente municipal de esa ciudad
Taibo II, Juan Villoro e Inti Muñoz, entre otros, reconocieron su trayectoria y obra
Se esparcirán sus cenizas en el desierto de Sonora, informó Carmen Gaitán
Lunes 17 de febrero de 2014, p. 9
El escritor tijuanense Federico Campbell (1941-2014), quien falleció el pasado 15 de febrero, como sagaz y brillante autor, periodista y entrevistador, tuvo como obsesión literaria la crítica del poder, pero nunca el deseo de detentarlo. Fue un hombre impecable, ético, con una enorme curiosidad creativa, además de ser querido y respetado, coincidieron en destacar escritores, amigos y colegas que asistieron al sepelio para despedir al autor de Transpeninsular, la tarde de este domingo, en el Panteón Francés.
Entre los libros que dejó para su impresión se encuentra el de ensayos La era de la criminalidad, así como una especie de tríptico, tres novelas sobre un escritor, un escultor y un actor, y una segunda edición, corregida y aumentada, del volumen Padre y memoria.
De acuerdo con el editor Martín Solares, un mes y medio antes de fallecer Campbell pudo entregar el libro de ensayos La era de la criminalidad, que integra algunos textos inéditos y que quizá sea su obra más ambiciosa, para la cual trabajó durante los dos últimos años. Se trata de un volumen de aproximadamente 600 páginas en torno al poder, la sociedad y el delito, que será publicado por el Fondo de Cultura Económica (FCE).
Al mismo tiempo, también estuvo trabajando de manera obsesiva
en una segunda edición de su libro Padre y memoria, y de manera paralela escribía tres novelas, explicó Solares.
“Una de las cuales está completamente terminada y las otras dos, muy avanzadas. Parece que en los últimos cuatro años Campbell hizo un cambio radical en el tipo de temas que tocaba, pues estaba concentrado en indagar sobre los misterios de la creación artística. Las tres novelas son una especie de tríptico sobre un escritor, un escultor (basado en Gabriel Orozco) y un actor, inspirado en sus ídolos de siempre: Marlon Brando, Al Pacino y Robert de Niro. Esta última novela, la cual llegó a terminar, es probable que lleve como título La criatura y la persona”, detalló Solares.
Carmen Gaitán, esposa de Campbell por más de 28 años, compartió con la prensa: “Federico fue muy ético y políticamente correcto. Fue además muy divertido y modesto; estudió nuestro país y le importaba mucho la desigualdad, la injusticia y la descomposición social, criminal y del Estado.
“Vivir sin Federico va a ser muy difícil. Dejó para su publicación los títulos Zurcido invisible y La era de la criminalidad. Nos gustaría que su biblioteca pudiera ser resguardada por el Centro Cultural Tijuana (Cecut). Ojalá tengan el interés de crear una biblioteca que se llame Federico Campbell”.
Por otro lado, el presidente municipal de Tijuana, Jorge Astiazarán Orci, declaró que como las bibliotecas de la entidad ya tienen un nombre, se buscará que una casa de cultura, calle o avenida principal de la ciudad lleve el nombre de Federico Campbell
. Respecto de la donación de la biblioteca, dijo que ésta sería bienvenida y que de ser el caso se buscarían las mejores condiciones para su instalación. Comentó además que este año se le rendirá un homenaje al autor, en el contexto de la celebración por los 125 años de la ciudad de Tijuana.
Diversos fueron los reconocimientos que de su trayectoria y obra se hizo en el sepelio.
Juan Villoro (escritor): “El fallecimiento de Federico Campbell es una pérdida terrible. Fue una de las personas más generosas que haya conocido, en un medio donde esta virtud no abunda. Aparte, fue un novelista muy interesante. Pretexta es el título de uno de sus grandes estudios de la relación entre el intelectual y el poder. Su libro Tijuanenses, que recupera, al igual que la imagen de las focas, esa región que tanto le interesó, que es la frontera. Creía que la foca era un buena mascota de los tijuanenses, porque es un animal que vive entre el agua y la tierra. Pensaba que todo sujeto fronterizo está entre esos dos elementos. Por eso, al estudiar las focas, de alguna manera estaba describiendo a los tijuanenes. Siempre le interesó eso: el cruce de fronteras”.
Élmer Mendoza (escritor): Su fallecimiento es por demás lamentable. Fue un hombre que hizo de la memoria su tema. Ahora nos toca hacer que esa memoria se amplíe y permanezca. Él era tijuanense y los de esa parte del país son unos mexicanos muy particulares. Tienen como una personalidad doble, tienen un pie en un país y el otro en Tijuana; Federico aplicó esa confianza para llegar a la ciudad de México, recorrer Insurgentes, ir a la universidad, sonreír y ganarse a todos. Federico era una persona que recorría toda la región y las carreteras del norte del país. La percepción que él tenía era distinta, muy filosófica del espacio
.
Pionero de la literatura fronteriza
Evodio Escalante (escritor): “Campbell fue uno de los primeros representantes de la literatura fronteriza, que nunca olvidan su origen, que se desarrollan en la ciudad de México y que crean una obra narrativa muy impresionante basada en sus experiencias de vida. Fue un crítico del poder, como se ve en su novela Pretexta. Además de ser gran amigo fue editor. A él le debo que me haya publicado un pequeño libro de poemas en su editorial La Máquina de Escribir. En México se empezó a saber de Leonardo Sciacia gracias a sus traducciones y artículos. Es un inmenso dolor que ya no esté con nosotros”.
Inti Muñoz: “Fue un importante analista, teórico y filósofo. La invención del poder es una descripción de cómo éste se ejerce en México, a la manera de un Maquiavelo en la época contemporánea”.
Paco Ignacio Taibo II (escritor): Esta racha de fallecimientos no tiene nombre. Carlos Montemayor, Carlos Monsiváis, Juan Gelman, José Emilio Pacheco y ahora Federico Campbell. Se mueren los buenos, la gente con talento, positiva y creadora. Tengo una lista enorme de quienes deberían morirse, porque no les sirven para nada a nuestro país. Lo que une a esa gente que ha fallecido, es que eran intelectuales que miraban de frente al poder sin hacerle caravana; eran personas con pensamiento crítico, necesarios para una sociedad como la nuestra
.
Carmen Gaitán comentó para finalizar que aún no ha hablado con las autoridades culturales para rendirle un homenaje a Federico Campbell. Expresó también que le gustaría esparcir sus cenizas en el desierto de Sonora, por el que el escritor tuvo una enorme fascinación.