Opinión
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Ruta Sonora

Lo medular de 2013 (electrónica II)

H

oy, la segunda parte con lo más destacado en cuanto a discos de electrónica internacional de 2013, según este apartado; menos experimental, y entrando ya a la pista de baile, a golpe de retro-tendencias (Detroit-tech, house, acid house) recicladas y renovadas.

13. James Blake. Overgrown. Pieza sofisticada, íntima, desolada, la de este joven cantante y productor londinense, deconstructor del R&B con elementos de dubstep, jazz y electrónica digital, más una voz cercana a la de Antony Hegarty. Menos conceptual que antes, más pop, pero igual de fuerte en cuanto a personalidad. Notable.

14. Miles Whittaker. Faint hearted. De Manchester, figura emblemática de la electrónica under británica, como productor y DJ. Con todo, debuta apenas en grabación plácidamente saturada: un abanico de ritmos que van del ambient oscuro y rugoso, al beat mínimo y de gran inventiva. Crujiente.

15. Boards of Canada. Tomorrow’s Harvest. El dueto canadiense que marcó la pauta futura del ambient en los años 90, regresa tras no grabar desde 2005. Delicia, paz, sintes derretidos, viajes cósmicos, siguen siendo su marca. Triste es que ya no sorprenden y han sido rebasados. Aun así, el álbum es bello. Un eco lejano que se respeta por lo que han sido.

16. Segue. Pacifica. El productor canadiense Jordan Sauer en quinto trabajo es menos difuso que antes, más puntual y exquisito, al generar paisajes rítmicos, que no por ser de menor exploración es menos placentero, flotante, de a colores pastel y tranquilidad digital. Muy bonito.

17. Special Request. Soul Music. Plato que arranca el bloque de música para la pista: de forma espléndida, el productor inglés Paul Woolford retoma los timbres del house, el breakbeat y el electro de Detroit de inicios de los años 90, para construir un creativo y exhaustivo collage de sonido actual, frenético e ingenioso.

18. Jon Hopkins. Immunity. Detallista y aplicado, este veterano productor inglés de electrónica soleada y carismática, otorga un espectro que va del house suavecito al ambient melódico-melancólico, con timbres orgánicos, paisajes etéreos, glitchs intermedios, pianos tristes. Algo pop, pero no por ello menos deleitable.

19. Daniel Avery. Drone logic. La pista se sigue llenando con el agraciado techno de este joven británico, quien toma elementos del acid house y el electro, para brindar un ramillete de hipnóticas y cálidas cadencias, que lejos de sonar retro, brindan frescura y elegancia al bailongo.

20. Factory Floor. Factory Floor. Este trío londinense resplandece con sus ideas robóticas y análogas, parcas pero directas, de ascendencia synth-pop llevado a un plano mínimo y misterioso, con voces femeninas reducidas y lánguidas, en ocasional asomo cyber. Cordial, sintético y ultra-bailador.

21. Pet Shop Boys. Electric. Sorpresivo pero feliz regreso el de este legendario dúo de Londres (más en fondo que en forma, pues nunca se fueron), que viene con todo para hacer un cruce de disco-electro con frialdad techno, más synth que pop, melódicos e irónicos como acostumbran. Refinado y digno cambio de sangre.

22. Karl Bartos. Off the Record. En tercer álbum solista, el ex Kraftwerk no puede negar la cruz de su parroquia. Sintetizadores taciturnos y cantos fríos (en ciertos tracks), beats austeros y expansivos, paisajes futuristas de ineludible sello y misterio alemán. Robo-tech sencillo, profundo y franco. Maestro.

23. Disclosure. Settle. Ineludible, al ser de lo más hipstereado del año, este dueto inglés, al acercar el house clásico a las nuevas generaciones con timbres de nocturno garbo y combinaciones dubstep, UK-garage, bass y demás dance. Eso sí, con innegable estilo y comezón para mover cuerpos. Complaciente pero efectivo.

24. Daft Punk. Random Access Memories. De panzazo pasa este afamado dueto francés, ahora sin sampleos, con instrumentos reales y mucho sinte, así como invitados de oro: Giorgio Moroder, Nile Rodgers, Paul Williams, Pharrell Williams, Noah Lennox, Julian Casablancas. Disco-rock setentero de calidad dispareja: momentos altos y espaciales, pero también monótonos y aburridos. Nada que ver con su legado previo. Héroes de los premios Grammy, macanazo en ventas, no así en lo artístico.

25. Nine Inch Nails. Hesitation Marks. Detallista y obsesivo, Trent Reznor abandona la oscuridad para expandir sus cualidades como buen artesano de electrónica que es, guitarras distorsionadas ocasionales y todo. Sólo no convencen sus simplonas y noventeras melodías vocales. Con todo, da un encomiable paso adelante en su creación.

Otros buenos platos: Zomby: With love. Floorplan: Paradise. La Femme: Psycho Tropical Berlin. Jessy Lanza: Pull my hear back. Jackson and his computerband: Glow. Washed out: Paracosm.

En contraste, los discos de electro-pop más sobrevaluados y anodinos del año: Lorde: Pure heroine. Haim: Days are gone. CHVRCHES: The bones of what you believe. Sky Ferreira: Night time, my time.

patipenaloza.blogspot.com

Twitter: patipenaloza