Sábado 8 de febrero de 2014, p. 19
Sarajevo, 7 de febrero.
Miles de manifestantes bosnios saquearon e incendiaron este viernes la sede de la presidencia bosnia y del gobierno cantonal en Sarajevo, así como otros edificios oficiales en varias ciudades más, en un a jornada de protestas contra la miseria, el desempleo y la corrupción en el país.
Los manifestantes intentaron ingresar por la fuerza a la sede de la presidencia pero fueron repelidos por la policía que usó cañones de agua, balas de goma y gas lacrimógeno para dispersar a la multitud.
En Tuzla, un grupo de jóvenes entraron al edificio del gobierno local y arrojaron muebles y los archivos por las ventanas bajo los aplausos de unos 5 mil manifestantes, para luego incendiar el local. Mas tarde, los residentes quemaron el edificio de la corte, tras lo cual el gobierno de la ciudad renunció.
En Mostar también fue incendiada la sede de la municipalidad, mientras que la multitud en Zenica arrastró autos de funcionarios a un río cercano y las autoridades de la ciudad anunciaron que renunciarán. En la ciudad de Brcko, la multitud tomó como rehén al alcalde y luego lo liberó.
Los enfrentamientos entre manifestantes y policías dejaron alrededor de 200 heridos en el país, 100 de ellos en Sarajevo, 50 en Zenica y una docena en Tuzla.
Uno de los líderes de los manifestantes, Aldin Siranovic, señaló que la muchedumbre pide la renuncia del gobierno. Hace 25 años que nos roban y arruinan nuestro futuro, queremos que se vayan
, dijo.
En Banja Luka, capital de la mitad serbia de Bosnia, se reunieron unas 300 personas para apoyar a lo manifestantes del otro lado de Bosnia, y realizaron una marcha pacífica para llamar a la unidad entre todas las etnias del país.
Las manifestaciones comenzaron en Tuzla esta semana con un enfrentamiento entre la policía y un grupo de trabajadores de cuatro ex empresas estatales que no habían recibido su sueldo. Se suponía que los nuevos propietarios de las compañías invertirían para hacerlas rentables, pero en vez de eso vendieron sus activos, dejaron de pagarle a los empleados y se declararon en bancarrota.
Este el peor alzamiento social en Bosnia desde la guerra de 1992 a 1995 tras la disolución de Yugoslavia. La corrupción en las instituciones es un mal generalizado en este pequeño país en el que el desempleo ronda el 44 por ciento.