La Asociación Iberoamericana de Centros de Investigación (Ahciet) previó que para 2020 México logrará reducir la brecha digital en banda ancha móvil a través de inversión y fomento en el uso de esos dispositivos, pero no lo conseguirá en la misma proporción en banda ancha fija.

El organismo, integrado por más de 50 operadores de telecomunicaciones en Latinoamérica, señaló que en la región se deberán invertir 44 mil 378 millones de dólares anuales para cerrar la brecha digital en nueve años.

Mientras en el país está por definirse la legislación secundaria para las industrias de telecomunicaciones y radiodifusión, el comisionado del Instituto Federal de Telecomunicaciones (Ifetel), Fernando Borjón, participó en el congreso Telecom Finance celebrado en Londres, al que México fue convocado ante las expectativas que el discurso oficial ha generado sobre que estará entre los cinco países más importantes de la industria para 2015, así como las posibilidades de inversión que prevé la reforma constitucional aprobada el año pasado.

El comisionado presentó ante empresarios la ponencia Cambio de paradigma de las telecomunicaciones en México, en la que aseguró que uno de los principales resultados de la reforma a telecomunicaciones es la creación del Ifetel, que tiene entre sus mandatos crear condiciones de competencia en la industria de las telecomunicaciones y radiodifusión para atraer inversiones, generar empleos y que los usuarios tengan mejores servicios.

En tanto, la Ahciet señaló que si los países latinoamericanos pretenden que la mayor parte de la población tengan acceso a servicios de banda ancha y móvil, deberán invertir al menos 66 dólares por habitante y no los 40 dólares que invirtieron entre 2007 y 2011.

A decir de esta asociación, en México la penetración de la banda ancha fija es de 55 por ciento y para 2020 podría ser de 64 por ciento. El uso de banda ancha móvil en el país tiene una penetración de 68 por ciento y podría llegar a 71 por ciento en 2020, mientras en Europa sería de 95 por ciento.

El desafío que significan las inversiones necesarias para cerrar la brecha es un proceso que debe ser acompañado por decisiones que consisten en un marco regulatorio estable y propicio, además de seguridad jurídica y un clima de confianza que promueva la cooperación público-privada; niveles tributarios simples y moderados; medidas que faciliten el despliegue de infraestructura, entre otras facilidades, señaló.