Moscú, 29 de enero.

La ley de amnistía en Ucrania emergió este miércoles como obstáculo insalvable, ya que ninguno de los tres borradores presentados reunió suficiente apoyo de los diputados de la Rada para someterlo a votación.

Casi a medianoche, y sin que votaran los legisladores de las bancadas opositoras, se aprobó –con 232 votos del mínimo requerido de 226– una versión modificada del proyecto elaborado por el oficialista Yuri Miroshnichenko, representante en la Rada del presidente Yanukovich.

El documento, según su autor, prevé liberar a los detenidos por participar en enfrentamientos recientes con la policía, salvo aquellos que hayan cometido delitos graves, y entrará en vigor sólo después de que los opositores desocupen los edificios gubernamentales de la capital y las restantes ciudades de Ucrania.

No incluye ni la Plaza de la Independencia, ni la sede de los sindicatos, ni la Casa de Ucrania, únicamente los edificios de los ministerios y de los gobiernos regionales, precisó Miroshnichenko.

Yanukovich, sobre las diez de la noche, tuvo que ir a la sede del Parlamento para convencer a un sector de diputados oficialistas –trascendió que eran 52– que estaban dispuestos a votar por el borrador de los opositores de Patria que no fijaba ninguna condición para dejar en libertad a los detenidos. Se comenta que, puertas adentro, el mandatario amenazó a los oficialistas con disolver la Rada si no respaldaban la ley de amnistía de Miroshnichenko.

Arseni Yatseniuk, de Patria, señaló que no puede emitir un comentario hasta que conozca el contenido de la ley. No existe una redacción definitiva, no la hemos visto. Cuando se publique, asumiremos nuestra posición y se la haremos saber a los manifestantes en la Plaza de la Independencia, precisó.

Pero Oleg Tiagnibok, de Libertad, calificó este instrumento, aprobado según dijo con serias violaciones del reglamento y sin debates, de ley de rehenes que el gobierno mantiene para negociar luego, cuando le convenga, su liberación y adelantó que, por tanto, es inaceptable.

En cambio, en el punto anterior de la agenda, hubo pleno acuerdo entre los diputados respecto a instalar una comisión cuya misión será elaborar un proyecto de reforma constitucional a más tardar el primero de octubre de este año, basándose en el modelo de Constitución de 2004, el cual supone un cambio de sistema político y un recorte sustancial de las facultades del Ejecutivo en favor del Legislativo.

Aprobada la ley de amnistía, el presidente de la Rada, Vladimir Rybak, dio por clausurada la sesión extraordinaria.

En contra de la promesa que hizo anoche en Bruselas el presidente Vladimir Putin de seguir ayudando al pueblo ucraniano, el Kremlin cambió hoy de opinión y suspendió la entrega de recursos financieros hasta que Ucrania forme nuevo gobierno.

Al entender que es indispensable cumplir de manera razonada todos los compromisos adquiridos, de manera razonada sólo puede hacerse cuando sepamos cómo será el nuevo gobierno, quién va a formar parte de él y qué reglas regirán su funcionamiento, señaló el primer ministro Dimitri Medvediev en una reunión del gabinete ruso celebrada en Moscú, y Putin estuvo de acuerdo con dicha argumentación.

Vamos a esperar a que Ucrania tenga nuevo gobierno, pero mantengan la comunicación con los colegas ucranianos, cerró el tema el titular del Kremlin.

Medvediev respondió así a la solicitud urgente de Serguei Arbuzov, premier interino tras el cese de Nikolai Azarov, de que Rusia adquiera una nueva porción de deuda ucraniana por 2 mil millones de dólares, adicional al los 3 mil millones que ya compró en diciembre pasado.

Al mismo tiempo, desde ayer volvieron los problemas en la frontera y los camiones ucranianos son revisados minuciosamente por la aduana, lo que representa fuertes pérdidas para los exportadores, lamentó Dimitri Firtash, presidente de la federación de empleadores de Ucrania que agrupa a cerca de 8 mil 500 empresas.