Domingo 26 de enero de 2014, p. 4
Ante la violencia que azota Michoacán, la diócesis de Apatzingán se ha propuesto extender y reforzar la pastoral del consuelo
, señaló a La Jornada el sacerdote Javier Cortés Ochoa, vicario general de esa circunscripción. En entrevista, detalló que hay muchas víctimas a las que urge atender espiritualmente, igual que a sus familiares, particularmente a los que han perdido parientes. Comentó que independientemente de que la violencia dismunuya o aumente, hay daños que ya están hechos, y por eso la Iglesia católica de Apatzingán acompañará a sus feligreses en esos dolorosos trances, sin importar si sus muertos han pertenecido al crimen organizado o sean víctimas de éste.