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Vecinos de unidad habitacional Emiliano Zapata produjeron 600 toneladas de hortalizas

Agricultura urbana, opción de empleo para jubilados en la Álvaro Obregón

Alistan primera pizca de jitomate; esperan obtener entre siete y nueve toneladas del producto

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En lo que fueron minas y tiraderos de cascajo, ahora se producen alimentosFoto Cristina Rodríguez
 
Periódico La Jornada
Domingo 26 de enero de 2014, p. 27

Vecinos de la unidad habitacional Emiliano Zapata –asentada en terrenos que fueron minas y tiraderos de cascajo, en una zona marginada de la delegación Álvaro Obregón– alistan la primera pizca de jitomate, de la cual esperan obtener entre siete y nueve toneladas.

Desde hace seis meses un ama de casa, una ex secretaria, un ex ferrocarrilero y un ex vendedor de camisas se han dado a la tarea de cultivar la hortaliza, así como cebollas, chiles y lechugas, en el primer huerto urbano, el cual es promovido por el gobierno capitalino y la delegación Álvaro Obregón, en unidades habitacionales.

Lo anterior, además, de impulsar la agricultura urbana a pequeña escala también constituye una alternativa de empleo para adultos mayores.

Sin mayor conocimiento sobre el cultivo de hortalizas, Procopio Badillo Márquez supo del proyecto por conducto del periódico. Decía que iba a haber trabajo para personas de la tercera edad en la barranca de San Borja. Fui a la delegación, pero ya habían cerrado la convocatoria y sólo tenían está. Y me animé a venir.

Jubilado y con ánimo de trabajar, explicó que al igual que el resto de sus compañeros, no recibe ningún sueldo, pero está a la espera de la cosecha. Si hay posibilidades ya nos dirán, pero si no, aquí seguimos con muchas ganas.

Elena divide su tiempo en el cuidado de sus nietos y las plantas. Tampoco sabía nada de jitomates, más allá de guisarlos, pero ahora los trata como si fueran parte de la familia. Trabajaba antes en casa, pero se fueron mis patrones a Estados Unidos y me quedé sin empleo, y ahora esta actividad me permite hacer algo y seguir ayudando a mis hijos, expresó.

María de Jesús Mondragón, quien se vio obligada a dejar su empleo de secretaria para cuidar a su madre enferma, se ha convertido en experta en este cultivo. “Antes no tenía ni idea, pero ahora sé que si la planta está triste a lo mejor le falta agua o ya tiene un bichito; entonces, revisas que el gotero esté funcionando y vas descartando –como con los bebés– si ya le diste de comer, le cambiaste el pañal. Si continúa llorando, pues a lo mejor está enfermo”.

Todos coinciden en que esta actividad los ayuda relajarse. Aquí, con tres o cuatro horas al día sacas todos los problemas, afirma don Mario Arturo García, quien trabajó en Ferrocarriles Nacionales hasta que lo jubilaron y ahora forma parte del equipo de horticultores, que todos los días acuden a cuidar sus productos.

A menos de un mes de haber obtenido su primera cosecha, que será destinada para el consumo de las más de 600 familias que habitan en el conjunto habitacional, los trabajos se circunscriben a la poda de las matas para dejar al descubierto los jitomates que serán cortados.