Conferencia en la embajada de Ecuador
Sábado 25 de enero de 2014, p. 6
Apatía, abulia, postergación: la compleja identidad del mexicano fue rastreada en la historia por la investigadora Lilia Colín, durante una conferencia dictada la noche del jueves en la embajada de Ecuador en México.
Fue una invitación para reflexionar sobre nuestras raíces. Una identidad escindida, destacó, nos caracteriza tras 500 años de la llegada del conquistador.
La autora del libro ¿Quiénes somos los mexicanos? inició con un paseo imaginario al lado de Tochtli, para conocer sobre Tenochtitlán y los mexicas, en medio del salón de la sede diplomática, en Polanco. Una ciudad simétrica, rodeada de lagos y al fondo los volcanes, recibió a casi medio centenar de asistentes a la conferencia convocada por esa legación.
¿Somos apáticos los mexicanos? ¿Es una enfermedad que presenta América Latina? ¿Padecemos aún lo que sucedió hace 500 años? ¿Por qué los políticos buscan el apoyo del opresor?, son algunas de las preguntas exploradas en más de 300 páginas.
Esclavitud y exterminio
La cultura mexica, su cosmogonía, educación, formas de gobierno, economía, la agricultura y alimentación, conocimientos plasmados en códices y rescatados por la historia, fueron detallados ampliamente. Hoy somos otra cultura. Ni oriental ni occidental
, destacó Lilia Colín sobre el choque de identidades entre el pasado prehispánico y el encuentro de la Europa conquistadora.
Tras exponer la cultura mexica, abundó sobre la conquista española, no sin antes analizar a grandes culturas antiguas, como los egipcios, griegos y romanos. La Edad Media fue el periodo histórico en el que España llegó a América, como una cultura dogmática, con más de 5 millones de personas muertas en las Cruzadas.
La conquista, con la masacre de Toxcatl el 25 de mayo de 1520, como uno de los episodios más trascendentes. Hay una cultura subyacente con una imposición de pensamiento que marca la personalidad del mexicano.
Siglos de esclavitud, exterminio y sometimiento brutal que aún padecemos. Depresión, culpa y duelo son resultado de una identidad trastocada. Entrar en conciencia de este pasado y comprender una identidad escindida fue el llamado de la especialista. Y con un nuevo paseo con Tochtli, para ver las estrellas y recorrer la vieja Tenochtitlán, observó la bandera mexicana para invitar a adentrarse en la identidad del mexicano.