San Cristóbal de las Casas, Chis. 23 de enero.

La organización de la sociedad civil Las Abejas de Acteal llamó a levantar la voz para que se calme la guerra en Michoacán, pues la violencia en dicho estado es el reflejo de cómo México está sumergido en el infierno.

Y agregó: Nuestro corazón está muy triste e indignado por la guerra que se vive en Michoacán y no nos extraña que el gobierno no actúe para detener la violencia, sino, al contrario, muchas autoridades civiles y militares están coludidas con la delincuencia organizada, como lo han denunciado habitantes de Apatzingán. Este hecho es una vergüenza para México.

Las Abejas recordó que el gobierno de Felipe Calderón “dejó más de 60 mil muertos, sin contar los desaparecidos por su guerra contra el narco, y ahora Enrique Peña Nieto quiere seguir esa política de guerra. ¿Qué clase de seres humanos son estos dizque gobiernos que no les duele la vida humana?”

El neoliberalismo, apuntó la organización, “se alimenta de discursos demagógicos, proyectos asistencialistas, despojo de tierras, violencia, drogas, feminicidios, discriminación, represión, cárcel, masacres, impunidad. Nuestro México, nuestro mundo están en crisis por culpa de unos pocos ambiciosos del dinero y el poder, que quieren obtener y controlar todo a costa del trabajo de los pobres y de sangre inocente”. Y ratificó: Nada esperamos de los malos gobiernos, nada de los partidos políticos; nosotros, los pueblos, somos los que tenemos que decidir cómo gobernar y vivir en armonía.

Los desplazados cosechan su café

Las Abejas denunciaron que el gobierno en sus tres niveles, su corazón y su cabeza no quieren que haya paz con justicia y dignidad en el ejido Puebla, debido a que “el mal gobierno, en vez de resolver el conflicto del predio católico en dicho ejido, sólo quiere que se olviden las agresiones a nuestros hermanos y hermanas y pide que haya ‘borrón y cuenta nueva’, o sea, abonar la impunidad, como ya es su costumbre”.

La directiva de Las Abejas refirió que los desplazados de Puebla están en su comunidad cosechando su café por 10 días, y a pesar de que los gobiernos municipal, estatal y federal garantizaron tranquilidad para la estancia, los hermanos y hermanas nos han reportado incidentes, como insultos verbales de jóvenes del grupo agresor cuando caminan en las calles y probables disparos de armas de fuego cerca de un río del ejido.

El pasado domingo 19, añade la organización tzotzil a la que pertenecen los desplazados, el síndico de Chenalhó ofreció 600 pesos al representante de éstos para que todos tomaran café. El aludido, obviamente, rechazó ese dinero, y replicó en tono de respeto: Discúlpame, pero no lo voy a aceptar, no venimos aquí a pedir dinero, lo que queremos es justicia.

La mesa directiva de Las Abejas –encabezada por Antonio Gutiérrez Pérez, Martín Pérez Pérez, Nicolás Arias Cruz y Simón Pedro Pérez López– consideró triste e indignante que para las autoridades oficialistas los usos y costumbres, en vez de aplicar la justicia, consistan en ofrecer migajas con el objetivo de dejar en impunidad desde un delito sencillo hasta un crimen de lesa humanidad, como la masacre de Acteal.

Los desplazados piden a las personas solidarias con ellos que exijan al gobierno que cumpla con estas principales demandas: justicia para los agresores y condición de seguridad para el retorno definitivo, reconocimiento del terreno a los católicos, reparación de daño de la iglesia destruida y de las pertenencias robadas.

Las Abejas confían en que los desplazados puedan permanecer los 10 días anunciados, esto es hasta el 27 de enero, aunque no existe una buena condición de permanecer en Puebla, porque ven que no son respetados por el grupo agresor.