esde hace 18 años, en la zona indígena de Guerrero opera la Policía Comunitaria, con base en convenios internacionales, marcadamente el 169 de la Organización Internacional del Trabajo. La ley 701, aprobada en la anterior legislatura local, dio sustento jurídico a dicha corporación basada en los usos y costumbres indígenas.

En enero del año pasado, en Ayutla y Tecoanapa, una fracción de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias (CRAC-PC) tomó su propio camino y se presentó como la primera autodefensa armada para enfrentar al crimen organizado que permea en la entidad. Después mudó su denominación a Sistema de Justicia Ciudadano. Ambas formaciones de origen indígena han sobrevivido a las presiones por desarmarlas.

No obstante, el gobierno de Ángel Aguirre tiene en distintas cárceles a cuatro dirigentes de la CRAC-PC y a nueve policías comunitarios, acusados de secuestro por haber realizado detenciones y haber sometido a procesos de reducación a presuntos delincuentes.

Ha habido otros intentos por crear policías comunitarias no indígenas, pero, de manera extraña, quienes los han encabezado han sido asesinados a los pocos días de hacer el anuncio. Es el caso de Rocío Mesino en Atoyac; de Luis Olivares en Coyuca de Benítez y de Juan Lucena Ríos y José Luis Sotelo Martínez en la sierra.

En Acapulco, en los bienes comunales de Cacahuatepec, la semana pasada se anunció la creación de una policía comunitaria y tres días después el Ejército y las policías Federal y estatal irrumpieron en la zona, allanaron la comisaría de Aguacaliente y encañonaron a pobladores. Ayer ocurrió un misterioso operativo, donde una avioneta fue perseguida en el río Papagayo por otra de la Marina, con muchos disparos de por medio, pero sin reporte de heridos, detenidos ni nada, lo que ha hecho pensar a los pobladores en un montaje intimidatorio para frenar la creación de la policía comunitaria.

Son sumamente delicados estos dos últimos hechos, porque los bienes comunales de Cacahuatepec no son cualquier lugar: es donde los campesinos han dado la batalla contra la construcción de la presa La Parota.