Martes 21 de enero de 2014, p. 22
Lima, 20 de enero.
El líder de Sendero Luminoso Abimael Guzmán fue llevado el lunes ante una corte judicial por un atentado que mató a 25 personas en julio de 1992 y que fue considerado uno de los más crueles en la capital del país.
Tras siete años de no ser visto por la prensa, Guzmán, de 79 años, reapareció con sus clásicos lentes de medida vistiendo ropas oscuras frente a la jueza Mercedes Caballero del Segundo Juzgado Penal Nacional. Lo acompañaba una decena de reos —entre ellos su esposa Elena Iparraguirre— quienes fueron miembros de la cúpula senderista.
La sala judicial, protegida de la prensa por una gruesa pared de vidrio, funciona en la misma cárcel militar junto al Pacífico donde Guzmán está recluido desde setiembre de 1992 cuando fue capturado.
La fiscalía pidió que Guzmán y los otros diez procesados sean condenados a cadena perpetua por el atentado realizado el 16 de julio de 1992 con dos coches bomba que explotaron en una calle de un distrito residencial de Lima matando a 25 personas e hiriendo a 155. Guzmán fue condenado a perpetuidad en 2006 por la muerte de 69 campesinos en 1983 y el nuevo juicio no varía su situación carcelaria, según los expertos.
Alfredo Crespo, el abogado de Guzmán dijo a la jueza que no existen pruebas que muestren que su defendido y los otros diez acusados ordenaron el atentado.
Sendero Luminoso fue descabezado con la captura de Guzmán, pero decenas de combatientes actúan en el Valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro, donde la presencia del estado en las áreas de educación, salud y justicia es mínima y el narcotráfico domina la economía cotidiana de esa parte del país.
El conflicto armado interno que enfrentaron principalmente a las fuerzas de seguridad y Sendero dejó unas 70 mil víctimas entre 1980-2000, según el informe de una Comisión de la Verdad.