Un sello que surgió en España hace tres años, que sólo publica ensayos cortos sobre arte
El criterio, buscar autores relevantes que hablen sobre pintores destacados o de obra trascendentes
, explicó en entrevista el fundador, Francisco Ochoa de Michelena
Viernes 10 de enero de 2014, p. 4
Madrid, 9 de enero.
Ante la saturación y decadencia del libro tradicional en la industria editorial española, que afronta su peor crisis, de vez en cuando nacen sellos editoriales con identidad propia, capaces de crecer y multiplicarse en un escenario tan adverso.
Es el caso de la nueva editorial Casimiro, que en algo más de tres años de historia ha editado 60 títulos con un mismo criterio estético: ensayos cortos en torno al arte, las ciudades o el hecho artístico. La fórmula ha tenido tan buena aceptación en España que recientemente desembarcó en México, con la distribución de la prestigiosa editorial Sexto Piso.
Francisco Ochoa de Michelena es el responsable y fundador de la editorial Casimiro, nombre que encontró en uno de sus viajes por Eritrea y descubrió ese fruto casimiro
que en México se le llama zapote
. El juego de palabras y el concepto de la colección que ya tenía en mente no le hizo dudar e inicio la andadura que tiene la ambición en derivar en una profunda y seria reflexión sobre el arte contemporáneo.
En entrevista con La Jornada, Ochoa de Michelena explicó que el proyecto editorial comenzó con la idea de combinar dos circunstancias: la saturación del mercado del libro en España del libro tradicional y el hecho artístico, y poder leer, revisar y ordenar textos de ensayos en torno al arte. La idea es que sean ensayos sobre el arte en el sentido más amplio, pero siempre buscando autores relevantes que hablen sobre pintores destacados o en torno a una obra de trascendencia. Pero se ha ido ampliando el concepto y hemos editado varios libros sobre fotografía, música, poesía, ciudades en cuanto a la aproximación visual y hasta del tatuaje
.
Entre los títulos que forman parte del acervo de Casimiro destacan: El surrealismo, de Walter Benjamin; Desgracias sociales, de Camille Pisarro; Arte y revolución, de Richard Wagner; El problema del Renacimiento, de Johan Huizinga; Las agallas de El Greco, de Aldous Huxley; El tatuaje, de David Le Breton; Habladurías de un pintamonas, de Paul Gauguin, y ¿Qué es el surrealismo?, de André Breron, entre otros. Así como algunos textos de aforismos de Karl Kraus o textos sobre pintores o corrientes artísticas de autores de la importancia de José Saramago, Sigmund Freud, Guilio Carlo Argan o Giorgio Vasari.
Al principio nadie sabía muy bien qué origen tenía la editorial y de forma natural los libros fueron ganando posiciones en las librerías y en el mercado. De hecho, el libro, al ser como una especie de tarjeta postal con texto, tiene su espacio natural en una tienda de museo o en una librería de arte. Por eso ha sido tan importante que las librerías asociadas a museos hayan acogido tan bien este proyecto editorial. Así que para mí sería fundamental que en México se distribuyera en la red de librerías, pues el proyecto tiene ambiciones democratizadoras, no selectas. Es decir, que se salga de los ámbitos más elitistas y que llegue a lugares y a un público más amplio
, explicó.
Sobre los temas y títulos tan diversos, Ochoa de Michelena explicó que lo que une a la colección es la cuestión visual como ejercicio creativo y artístico. “De la propuesta de una visión del mundo que, por supuesto, nace de una crítica. Es crítica y propuesta, ahí radica precisamente el hecho artístico, que no es simplemente la recreación de un estilo. La idea fundamental de Casimiro es desarrollar una colección de ensayos que culmine con una serie de textos sobre consideraciones más vanguardistas, que a priori es para un público más limitado, pero que puede ser importante. En este apartado de la colección habrá muchos autores mexicanos, para así poder entrar en el debate cultural mexicano”.
Pero la idea original y la esencia de Casimiro es seleccionar los textos para cuidar y mejorar el acervo cultural que ya existe, y una vez culminado este proceso, entonces sí publicar y proponer cosas para reflexionar sobre lo contemporáneo.
Con relación a la situación de la industria editorial en España, Ochoa de Michelena afirmó: “El libro tradicional en España padece una crisis muy grande. En toda la secuencia y yo creo que en todos los géneros. Por ejemplo, conozco bien el género del ensayo en ciencias sociales, y creo que más allá de la agitación política que hay en España, no hay ni producción editorial relevante ni lectores realmente interesados. Porque el lector políticamente comprometido consume texto breve en Internet, en general un texto más militante. Mientras el análisis más universitario y que sacude intelectualmente al lector ni siquiera existe. Pero no sólo en el ensayo en ciencias sociales, hay una caída general en toda la secuencia; desde que no hay producción relevante hasta que no hay lectores ávidos. Lo que confirma la pobreza intelectual y que no hay mucho que decir, pues mucho de lo que se está publicando es absolutamente prescindible.
Tenemos autores conocidos que publican tres o cuatro libros al año. Así que sí hay una crisis evidente, pero creo que tiene su origen en la producción intelectual, más que por una cuestión económica o de pérdida de lectores por la falta de poder adquisitivo
.
Los libros son en formato popular, con ensayos que nunca superan las 96 páginas y con una dimensión parecida a la de una postal, de 12 centímetros por 17. Su costo en México oscilará entre los 120 y los 150 pesos.