Durante el año recién concluido, no se detuvo la migración forzada de miles de mexicanos y centroamericanos hacia Estados Unidos, quienes son víctimas de abusos del crimen organizado ante la inefectividad de las autoridades para frenar dichos crímenes, señaló el obispo de San Cristóbal de las Casas, Felipe Arizmendi.

En un mensaje con motivo del Año Nuevo, el religioso lamentó que el paso de migrantes centroamericanos por Chiapas sigue su flujo ordinario, a pesar de todos los muros y barreras que ponga Estados Unidos. Tampoco se detienen los abusos contra ellos, por parte de maras, por criminales ordinarios y por las organizaciones de narcotraficantes.

Por otra parte, en el contexto del vigésimo aniversario del movimiento zapatista, Arizmendi destacó que el EZLN sigue vivo, ya no como opción militar, sino como organización social y política que lucha por una vida digna y sigue haciendo esfuerzos por demostrar que es posible la autonomía.

El religioso llamó también a analizar los pros y los contras de las reformas estructurales promovidas por el gobierno federal, sin dejar que el capital, el dinero y el poder económico y político prevalezcan sobre el bien común.

Por su parte, el arzobispo de Monterrey, Rogelio Cabrera López, llamó a vivir en 2014 en paz y armonía, lejos de la confrontación y el odio.

Seamos conscientes que, ante los desafíos que se nos presentan, no debe existir tiempo para estar divididos y en una constante sorda confrontación, en la que nadie escucha a nadie, en la que sólo queremos que nuestras ideas sean las únicas válidas, sin respetar las propuestas de nuestro prójimo, destacó el prelado en la página web de la arquidiócesis local.

A su vez, el secretario general de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), Eugenio A. Lira Rugarcía, hizo un llamado a los feligreses a trabajar en equipo para superar la pobreza, la corrupción, la impunidad y violencia y el egoísmo, raíz de los males sociales, e iniciar este año con renovado vigor para que México alcance un desarrollo integral, del que nadie quede excluido.