La alcaldesa cambia a un coche más austero
ara combatir la imagen (justificada) de que la clase política española y madrileña está plagada de corrupción, abuso de poder, nepotismo y ceguera de lo que son los problemas reales de la ciudadanía, el ayuntamiento de Madrid comenzó una campaña para lavar la imagen deteriorada de su alcaldesa, la ultraconservadora Ana Botella, también conocida por ser la esposa del ex presidente español José María Aznar.
Después del ridículo que hizo con la candidatura de Madrid a los Juegos Olímpicos de 2020 y de su pésima gestión durante la huelga de la limpieza de basura, desde el pasado 10 de diciembre cambió su flamante Audi 8, valorado en más de cien mil euros por su blindaje, a un discreto Seat Altea que se propulsa con un sistema a base de autogás.
De esta forma, el ayuntamiento madrileño afirma haber encontrado un vehículo de gama media, práctico y cómodo, pero austero y ecológico
, con el que se cumplen dos objetivos prioritarios: fomentar el respeto y cuidado del medio ambiente y cumplir con una política de ahorro y austeridad. La alcaldesa, desde que asumió el poder, ha sido protagonista de varios escándalos públicos, entre ellos su inclinación al despilfarro de los recursos públicos, con ejemplos tan escandalosos como cuando se descubrió que iba todos los días al salón de belleza con una nutrida delegación de asistentes y guardaespaldas, o cuando trascendió que cuando era la esposa consorte del presidente español –entre 1996 y 2004– el ayuntamiento de Madrid pagó las clases particulares de golf que recibió toda su familia durante varios años.
Armando G. Tejeda, corresponsal