En sus mensajes de Navidad, varios obispos señalaron que estas fechas avivan la esperanza de que en México prevalezcan la justicia y la paz.

El obispo de Saltillo, Raúl Vera, instó a los mexicanos a defender el país ante la aprobación de reformas que comprometen el futuro y la soberanía de México. Resaltó que no podemos renunciar a nuestro ideal del México que queremos y buscamos.

Precisó que sería indigno de la condición humana desistir de la defensa de la patria y cruzarnos de brazos ante las injusticias y atropellos que están cometiendo las senadoras y senadores, las dipu­tadas y los diputados, tanto del Congreso federal como de los estatales, que han votado reformas legislativas que afectan de manera muy grave la vida de las hijas y los hijos de Dios.

Añadió que los mexicanos en estos momentos aciagos y difíciles para nuestro pueblo no podemos decaer en nuestra esperanza de que la justicia al fin vencerá y de que el derecho volverá a instalarse en nuestra patria, y destacó que somos herederos de generaciones honestas de mexicanas y mexicanos, personas lúcidas que en medio de las tinieblas que arrojaban las tiranías en nuestro país, no perdieron la clarividencia en su mirada, y que en diversos momentos la supieron tender al más amplio horizonte del México justo, que ellas y ellos soñaron y quisieron.

En tanto, Carlos Garfias Merlos, arzobispo de Acapulco, indicó que ante una humanidad herida por el misterio del mal, la Navidad es la celebración de la humanización de Dios que renueva el verdadero rostro de la humanidad.

Llamó a humanizar nuestra sociedad tan deteriorada por los más atroces signos de inhumanidad, entre ellos la pobreza extrema en la que viven cientos de miles de guerrerenses. Las manifestaciones de violencia, sobre todo las más crueles como el secuestro, la tortura y el homicidio, muestran una sociedad hondamente herida y necesitada de calidad humana.

El religioso precisó que la excesiva violencia que se ha generado en nuestros pueblos ha derivado en efectos enfermizos que disminuyen las capacidades de las personas, al grado que muchos viven traumatizados, con miedo y desconfianza, con rabia y con ánimos de venganza. En este contexto aseveró que la Navidad es la oportunidad que se nos da para humanizarnos mediante el Evangelio y para construir una sociedad más humana, capaz de cultivar los valores de la justicia, la libertad y la paz.

Eugenio Lira Rugarcía, obispo auxiliar de Puebla y secretario general de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), expresó su confianza en que en estas fechas los católicos recibamos a Jesús en nuestro corazón y de esa forma vivamos como él nos enseña: amando a Dios y al prójimo.