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Karzai exige respeto
E

l presidente Hamid Karzai, de Afganistán, no es tomado muy en serio en Estados Unidos –ni por el gobierno, ni por los medios, ni por el público en general. Una pieza de la evidencia es ésta: el 10 de diciembre otorgó una larga entrevista a Le Monde que el periódico publicó tanto en el inglés original como en traducción al francés, y esta bastante detallada entrevista ameritó tan sólo una cita (o menos de una oración) en el New York Times.

Esto es más notable aún porque Karzai hizo algunas aseveraciones muy fuertes, bastante diferentes a lo que uno lee en la prensa estadunidense. Es como si todo mundo asumiera que las afirmaciones de Karzai son una tontería, están muy equivocadas o son inconsecuentes o meras tácticas para la negociación. Nadie jugaría con la idea de que las expresiones del gobierno estadunidense pudieran ser una tontería, estar equivocadas o ser inconsecuentes o meras tácticas para la negociación.

Lo menos que deberían hacer los estadunidenses (así como todos los demás) es leer con cuidado lo que Karzai está diciendo. El presidente afgano comienza la entrevista insistiendo en que él argumenta desde hace ocho años que la guerra contra el terrorismo no puede pelearse y no debe pelearse en los poblados afganos, en los hogares afganos. Si es que debiera haber una guerra contra el terrorismo, ésta debería llevarse a los santuarios terroristas (supongo que en Pakistán), donde son entrenados y alimentados.

Después afirma que este es el problema principal, pero que un segundo conflicto es su creencia de que Estados Unidos no está haciendo un esfuerzo visible y genuino por ayudar al proceso de paz. Karzai insiste en que ha estado en contacto con los talibanes y que ellos están listos para negociar oficialmente con el Alto Consejo de Paz (ACP) que Karzai creó.

Karzai alega que ciertas fuerzas en Occidente no quieren que ocurran estas negociaciones. En cambio, han intentado etnificar los conflictos en conversaciones arregladas entre los señores de la guerra y los grupos étnicos... Estamos convencidos de que se hizo un esfuerzo deliberado por debilitar a Afganistán para volverlo una serie de feudos (con) un gobierno central débil.

Karzai asegura que estaría dispuesto a firmar de inmediato el Acuerdo Bilateral de Seguridad (ABS) con Estados Unidos y la OTAN en cuanto tuviera garantías de que Estados Unidos pondría fin a los ataques sobre los hogares afganos y de que los estadunidenses respaldarían el lanzamiento de un esfuerzo de pacificación.

El reportero pregunta a Karzai si considera adversario a Estados Unidos. Karzai responde que atacar los hogares afganos es un acto de agresión –no el comportamiento apropiado de un aliado. Y pregunta si Estados Unidos lanzaría aviones no tripulados (drones) en casa, en persecución de un terrorista en Estados Unidos. ¿Por qué entonces piensa que lo puede hacer en Afganistán? ¿Por qué piensan que la vida afgana vale menos que la vida estadunidense? No somos menos valiosos.

Karzai acusa a Estados Unidos de lanzar una guerra sicológica que alienta a que las compañías abandonen Afganistán y que atemoriza a los afganos sobre las consecuencias de la retirada de las tropas extranjeras. A la pregunta del reportero de si Karzai considera que Estados Unidos actúa como un poder colonial, él responde: Absolutamente.

El gobierno de Estados Unidos parece determinado a mantener algunas tropas en Afganistán, pero igualmente ya parecía decidido a hacer esto con un ABS firmado antes del fin de diciembre. Estados Unidos no parece, sin embargo, listo a cumplir las dos precondiciones de Karzai. ¿Qué van a hacer entonces? El 3 de diciembre, el secretario de Estado, John Kerry, sugirió públicamente una solución que probablemente es de legalidad dudosa. Dijo que alguien debería firmar el ABS, pero no necesariamente el mandatario. Sería suficiente con que lo rubricara el secretario de la Defensa, que supuestamente está más listo a aceptar los términos de Estados Unidos. Sería suficiente con que alguien aceptara la responsabilidad, por el acuerdo.

¿Quién cederá al último minuto? De hecho, Karzai ha ganado en el muy corto plazo. El 11 de diciembre, el funcionario en jefe del Departamento de Estado estadunidense para Afganistán, James Dobbins, anunció que el 31 de diciembre no es ya el plazo final duro. El ABS debería firmarse, dijo, lo más pronto posible.

El resultado es poco claro ahora, aunque sospecho que Estados Unidos tiene la mano más fuerte, por el momento. Pero en el largo plazo, ¿no es éste otro de los casos en que uno se dispara a sí mismo en el pie? Y Karzai insiste: Si EU quiere ser nuestro aliado, tiene que ser un aliado respetuoso. Parece duro para una superpotencia, particularmente una en seria decadencia, el aprender cómo respetar a los aliados.

Traducción: Ramón Vera Herrera

© Immanuel Wallerstein