Tras la promulgación de la reforma energética por el presidente Enrique Peña, Petróleos Mexicanos (Pemex) tendrá a partir de este sábado 60 días para comprobar ante la Secretaría de Energía (Sener) y con el apoyo de la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH), que tiene las capacidades técnicas, económicas y tecnológicas para hacer lo que ha estado haciendo estos últimos 75 años, afirmó el consejero profesional independiente de Pemex, Fluvio Ruiz.

Creo que ése es el primer plazo crítico que se pone en marcha y esperaría que Pemex después de este primer proceso que va a ser fundamental mantuviera las áreas tanto de producción como de exploración que hoy tiene, refirió.

Fluvio Ruiz rercordó el caso brasileño (aunque en Mexico se haya optado por un modelo como el colombiano), donde las reformas constitucionales y legales se hicieron en 1994-95 y a raíz de esas modificaciones Petrobras se integró en una sola empresa, y se fusionó como tal y fue hasta 1997 que Petrobras determino en que áreas quería seguir trabajando solo y en cuales asociados y definió con quienes se asociaba.

Explicó que sólo hasta 1998, prácticamente tres años después se hizo la ronda cero. Es decir, a Petrobras se le dio el tiempo para culminar la transición hacia una empresa integrada porque Petrobras no era una empresa integrada, y después se le dio el tiempo y se emitió la ronda cero.

En cambio aquí parece que se quieren precipitar los tiempos y eso es la preocupación fundamental porque obviamente Pemex va a transitar de un ambiente de ser el operador exclusivo de la nación a un ambiente donde tendrá que afrontar competencia con muy pocos plazos y sin que haya no siquiera iniciado su transición y eso puede colocar a Pemex en una situación de fragilidad, advirtió.

El también presidente del Comite de Desarrollo e Investigación Tecnológica de Pemex afirmó que entre otros desafíos que afrontará Pemex, y que es muy preocupante, es la posibilidad de que pueda haber asignaciones a profundidades distintas que correspondan a una misma área superficial.

Eso, explicó, significaría que aun cuando a Pemex le pudieran dar una asignación en una área en la que hoy produce y si hubiera a una profundidad distinta una formación geológica que tuviera potencial de producción se le podría asignar en dos o tres años a un actor distinto con toda la serie de al menos descoordinaciones, y en el otro extremo, de conflicto de intereses en el área superficial en la que coincidan.