A pesar de que uno de los objetivos en la pasada administración federal fue definir competencias mínimas para los alumnos de bachillerato, por medio de la Reforma Integral de la Educación Media Superior (Riems), se detectó que son precisamente las habilidades que demandan la sociedad y la economía del conocimiento las que menos desarrolladas tienen los estudiantes.

De acuerdo con una encuesta a directores de ese nivel de enseñanza, elaborada por la Subsecretaría de Educación Media Superior, se detectó que sólo 7.8 por ciento considera que sus alumnos pueden aprender por iniciativa propia.

Otro 12.6 por ciento cree que abordan problemas y retos tomando en cuenta metas precisas, y 9.8 consideran que son capaces de innovar y proponer soluciones a los problemas que se les presenten.

Además, sólo 26 por ciento sabe trabajar en equipo, 22 por ciento se expresa y comunica claramente, y 20.8 tiene una participación con conciencia cívica y ética.

A esto se suma que el marco curricular común (MCC), considerado el pilar de la Riems y de la formación por competencias, no está suficientemente consolidado, pues al menos uno de cada cinco directores no logra identificar sus características, pues 21.6 por ciento cree que representa lo mínimo que debe aprender un estudiante.

El diagnóstico también detectó que sólo en 27 por ciento de los planteles federales de bachillerato se avanzó en la consolidación de la enseñanza por competencias, aunque dicho proceso es mucho menor en las escuelas con menos de 100 alumnos.

De acuerdo con este modelo, todos los jóvenes que cursan su formación media superior en México tendrían que adquirir las llamadas competencias genéricas: los saberes fundamentales que se aplicarán a lo largo de la vida, que son relevantes en todas las disciplinas que se imparten en este nivel y que permiten a los estudiantes adquirir otras competencias.

A estas se suman las denominadas disciplinares extendidas, que no son compartidas por todos los egresados y que dan especificidad a las diferentes modalidades de bachillerato, que agrupan tanto a los de formación tecnológica y para el trabajo, como aquellos que profundizan en las competencias básicas para continuar con una formación superior.