¿Combate a la pobreza?
Veinte años, cero avance
Pronasol-Oportunidades
ónde quedó la bolita?, porque resulta que 20 años después, y miles y miles de millones de por medio (de Solidaridad a Oportunidades), la proporción de mexicanos en pobreza respecto del total de la población es ahora tan alta como hace dos décadas: son 52 de cada 100 habitantes del país quienes viven en esa condición. La cifra del conjunto esconde una realidad particular: las tasas de pobreza en estados como Chiapas, Guerrero y Oaxaca son 10 veces más altas que en entidades como Nuevo León, Distrito Federal o Baja California, reveló un nuevo reporte del Banco Mundial, que contiene la estrategia de ese organismo para México en los siguientes seis años
(La Jornada, Roberto González Amador).
¿Qué pasó allí? ¿Más de dos décadas modernizando
al país, rematando la infraestructura productiva del Estado para detonar el crecimiento económico y llegar al primer mundo, reformando
absolutamente todo, inyectando cantidades multimillonarias para combatir
la pobreza y vivir mejor
(todo ello, obvio es, de acuerdo con la versión oficial) para que al final de cuentas, en el mejor de los casos, y sólo en él, en materia social todo se mantenga igual que 20 años atrás? Y no lo dicen los agoreros del fracaso
(Echeverría dixit), sino que lo reconoce el mismísimo Banco Mundial, promotor de las exitosas reformas estructurales
y las modernizantes
políticas públicas fielmente aplicadas aquí por seis gobierno al hilo.
Cifras actualizadas por la Cepal detallan que el número de pobres cerró el sexenio de Felipe Calderón (aquel que a los mexicanos prometió vivir mejor
) en 61.35 millones, aunque humildemente el Banco Mundial admite que “una visión de largo plazo, utilizando datos que abarcan dos décadas de mediciones de la pobreza, muestra que las tasas de pobreza monetaria en 2012 fueron similares a las que existían en 1992. La reducción neta en las tasas de pobreza moderada y pobreza extrema –ingreso insuficiente para adquirir una canasta básica de alimentos– fue de sólo 0.8 y 1.7 puntos porcentuales, respectivamente, en los últimos 20 años, añadió el organismo en el documento del Banco Mundial Estrategia de asistencia a México para los años 2014 a 2019, publicado el viernes pasado. La pobreza afectó el último año a 52.3 por ciento de la población, tasa similar a la de 1992, que fue de 53.1 por ciento, estipula el documento del Banco Mundial. La pobreza extrema, mientras tanto, pasó de 21.4 a 19.7 por ciento del total de la población entre 1992 y 2012, añade” (ídem).
¿Veinte años, y nada? Como se ha comentado en este espacio, por muchos millones que se destinen a lo que el gobierno denomina combate a la pobreza, el número de pobres seguirá en ascenso mientras no se modifique la política pública que los produce al por mayor. Y cada año que pase ese mismo gobierno consumirá más y más recursos del erario en su afán de demostrar
que el programa (Pronasol-Progresa-Oportunidades) no sólo es justo, sino resultón, por mucho que la realidad tercamente le lleve la contraria.
Cabe recordar que el Centro de Análisis Multidisciplinario (CAM) de la UNAM documentó que “el gasto gubernamental en los programas de combate a la pobreza –a nivel federal, estatal y municipal– se incrementó en términos absolutos en 96.1 por ciento en los últimos 42 años (1970-2012). El gasto total desembolsado por el gobierno federal en programas de combate a la pobreza a nivel nacional ha sido continuo, pero no ha resuelto el problema de la pobreza. En dicho periodo, el número de pobres en México se incrementó 58.2 por ciento. Si el total de recursos utilizados en los distintos programas creados durante estos 42 años para combatir la pobreza, realmente se hubieran ejecutado para disminuirla, tomando en consideración, únicamente los datos oficiales, no habría un incremento de pobres. Lejos de ello, en esas dos décadas y pico alrededor de 23 millones de mexicanos cayeron en pobreza, y de ellos cerca de 20 millones se registran del Pronasol en adelante” (de Salinas a Calderón).
Con base en fuentes gubernamentales, el CAM detalla que en 1970 el número de pobres en México ascendió a 31 millones; una década después se elevó a 38 millones, y a 40 millones en 1990, dos años después del arranque de Pronasol. Para 2000, el ejército de pobres acumulaba 50 millones (cifras del Coneval), que aumentó a 57 millones en 2010 (ídem) y concluyó el sexenio calderonista en más de 61 millones (Cepal). En número cerrados, 23 millones más en 22 años, del Pronasol a Oportunidades, y contando.
Y el propio CAM puntualiza: “de manera real, los recursos destinados en los tres niveles de gobierno para reducir la pobreza, según sus propios datos y considerando el comportamiento de la economía para cada sexenio, caracterizados por un discurso de ‘un gran desarrollo en la economía de las familias mexicanas’, tenemos que el monto invertido por pobre equivale a 36 millones 366 mil 541 pesos durante estos 42 años. Derivándose múltiples preguntas: si año con año se incrementó el presupuesto para combatir la pobreza y el hambre, ¿por qué aumentó la pobreza? ¿Cuántos de los recursos originalmente destinados llegaron a los mexicanos en pobreza? ¿Cuántos se quedaron en el aparato gubernamental y bajo qué argumentos?”
Las rebanadas del pastel
De la Secretaría de Marina con cariñosa dedicación para el astillero gallego Hijos de J. Barreras, recientemente rescatado
por Pemex: acuerdo secretarial 184; se autoriza a los directores de los astilleros de Marina, Centros de Reparaciones Navales, Grupos de Apoyo a Unidades a Flote, Arsenal Nacional y Talleres Generales de Marina, la suscripción de los instrumentos contractuales de prestación de servicios que la Secretaría de Marina formalice con personas físicas y/o morales, públicas o privadas, así como la subcontratación de servicios con las diversas empresas e industrias conexas a la industria Naval Mexicana, relativos al diseño, construcción, reparación, mantenimiento, modernización y desguace de buques y otros artefactos navales; autorizándoseles además la formalización de contratos de adquisición de bienes y servicios necesarios para cumplir con los programas de construcción, reparación, modernización y mantenimiento de embarcaciones conforme a sus funciones y contratación de personal por obra determinada
(firma: Vidal Francisco Soberón Sanz, secretario de Marina; Diario Oficial de la Federación, diciembre 18, 2013). ¿Dudas sobre el destinatario?
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